25 años del principio del fin de ETA

I.E.
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Se cumple un cuarto de siglo de la liberación de José Antonio Ortega Lara, enterrado en vida 532 días por ETA en un zulo de Mondragón. Marcó, junto al asesinato de Miguel Ángel Blanco, un punto de no retorno hacia la rendición de los criminales

25 años del principio del fin de ETA - Foto: Luis López Araico

Desde su secuestro el día 17 de enero de 1996 José Antonio Ortega Lara se convirtió en un símbolo que la sociedad española adoptó para mostrar su más absoluto rechazo al terrorismo de ETA. Tras su liberación el 1 de julio de 1997 -hoy se cumplen 25 años- la fuerza de su figura no dejó de crecer, hasta transformarse, junto al malogrado Miguel Ángel Blanco -asesinado el 13 de julio de ese año por la banda- en el principal emblema contra la barbarie etarra. De hecho,  fue en ese preciso momento cuando los españoles dieron un salto cuantitativo y cualitativo en su respuesta a la sinrazón terrorista, que marcó el camino de la posterior derrota, sin paliativos, de ETA.

Su rostro demacrado, su delgadez extrema tras perder más de 20 kilos durante los 532 días que duró su cautiverio y su mirada perdida  eran las secuelas visibles de lo que los desalmados terroristas eran capaces de hacer con un hombre. Pero esa misma cara, ese mismo cuerpo y esos mismos ojos se aferraban a la vida ese 1 de julio de 1997 cuando la Guardia Civil lo liberó en el angosto zulo de aquella nave industrial de Mondragón donde resistió y resistió hasta vencer a sus torturadores, en lo que representó un triunfo personal pero también colectivo contra ETA.

Se trató del secuestro más largo que un ser humano soportaba en España a manos de un grupo terrorista y, tras mucho sufrimiento -incluso después dos ensayos de suicidio-, Ortega Lara volvía a ver la luz y a reunirse con su familia, con su esposa, Domi, y con su hijo, quienes más lo echaron de menos durante el año y medio largo que duró su encierro. Su fortaleza, su resiliencia, su capacidad de adaptación hicieron posible que saliera con vida de tan inhumana prisión, gracias también a la perseverancia y a la pericia de la Guardia Civil que, que tras una investigación compleja y minuciosa logró dar con el lugar donde se hallaba retenido.

25 años del principio del fin de ETA25 años del principio del fin de ETA - Foto: Lorenzo Matías

Este triunfo personal del funcionario de prisiones raptado para chantajear al Estado y la victoria del propio Estado contra el terrorismo se convirtieron en una afrenta para ETA, que se vengó muy pocos días después con Miguel Ángel Blanco, a quien secuestró el 10 de julio de 1997 y asesinó el día 13, en un crimen a cámara lenta que causó una reacción social, incluso en el País Vasco, sin precedentes.

A finales de junio de 1997 los burgaleses vivían las fiestas patronales en su 'Semana grande'. Llevaban un año y medio echando de menos a su vecino del barrio de Gamonal, feligrés de la Real y Antigua, y participando cada miércoles, desde hacía muchos meses, en las concentraciones de la Plaza Mayor en las que exigían a la banda terrorista el fin de su cautiverio. Ni se imaginaban que en la mañana del 1 de julio se iban a llevar una de las mayores alegrías colectivas de sus vidas.  Poco antes de las 7 de la mañana -Diario de Burgos lanzaría una edición especial para contar con detalle la noticia- la Guardia Civil liberaba a Ortega Lara tras encontrarlo en un zulo de madera, húmedo y frío tras una máquina y de unas dimensiones casi increíbles: tres metros de largo, dos de ancho y 180 centímetros de alto.

25 años del principio del fin de ETA
25 años del principio del fin de ETA

(Más información, testimonios de participantes en su liberación, entrevista al entonces ministro del Interior, recuerdos de dirigentes de la época y fotos históricas, en 9 páginas en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)