Llevamos un Sonorama de mucho baile. El de la morena que mueve las caderas con Tu otra bonita, el de Elefantes hasta que todo acabe, el Ochentero de Franvvi, el de la After Party de Ladilla Rusa, el último de los Lori Meyers... Y ahora viene un señor, un pedazo de señor y un pedazo de músico, a meternos en las cuevas para explicarnos que la música "enseña, sueña, duele y cura" y que "ya hacíamos música muchísimo antes de conocer la agricultura". No descarten, pues, que la precuela de Sonorama Ribera se descubra en Atapuerca.

Porque si algo tiene Jorge Drexler, además de clase, es razón. Y así, ha prometido "no olvidar" esta noche "tan feliz", en la que se ha acordado de los yacimientos burgaleses y que ha dedicado a la memoria de Mercedes Sosa, a Médicos sin Fronteras, a sus técnicos y a Javier Ajenjo, a quien ha agradecido la invitación para estar en el escenario Ribera del Duero. Pero los agradecidos son los miles, pocos en comparación con otros conciertos, que han podido disfrutar de la actuación de un músico que ha ganado un Oscar, un Goya, 15 Grammy Latinos y un sinfín de premios más.

"Si quieres que algo se muera, déjalo quieto", ha lanzado en la parte final de su concierto, por ello Sonorama Ribera se va este invierno a hacer las Américas.

El uruguayo Jorge Drexler ha vivido sobre el escenario Ribera del Duero una noche que no olvidará, según ha confesado. - Foto: Valdivielso

Con una percusionista de Mendoza (Argentina), un batería vasco... los músicos que acompañan al uruguayo predican con el ejemplo de la diversidad. "No soy de aquí, pero tú tampoco", ha cantado Jorge Drexler tras contar la historia de cómo Bolivia acogió a su familia cuando huía del nazismo. "El país más pobre de Latinoamérica recogiendo refugiados de Europa", ha apuntado para recordar que la historia es circular. Y cantarlo "Una puerta giratoria, nada más que eso es la historia".

Entre sus temas no ha faltado Tocarte, el éxito que compuso con C. Tangana durante la pandemia, y Todo se transforma, con la que ha cerrado un concierto disfrutón, relajado, bailable, un remanso de paz entre tanta juerga. Caviar para los oídos y para las almas. Caviar para el Sonorama tener en el escenario Aranda de Duero a un músico que ha ganado un Oscar, un Goya, 15 Grammy Latinos y un sinfín de premios más.