Acuerdo para implantar otra vez prótesis aórticas en el HUBU

G.G.U. / Burgos
-

Cardiología retoma con periodicidad y normalidad el programa para corregir patologías graves de la válvula y permitir la correcta circulación de la sangre en pacientes que no pueden someterse a cirugía

Foto de la sala de Hemodinámica, donde colocan las prótesis mediante un catéter que se introduce por la ingle. - Foto: Patricia

Un acuerdo entre el HUBU y el hospital Clínico de Valladolid ha permitido que los cardiólogos hemodinamistas del complejo burgalés puedan retomar en la capital el programa para implantar prótesis de la válvula aórtica mediante cateterismo (más conocido como TAVI, por las siglas en inglés) a pacientes graves y riesgo alto de no sobrevivir a una cirugía convencional para resolver su patología en este punto del corazón, que impide la correcta circulación de la sangre. Cardiología, por tanto, vuelve a programar actividad con normalidad y periodicidad fija -una vez a la semana-, por lo que ya se está citando a los pacientes candidatos a esta intervención, tan eficaz como la cirugía abierta pero menos agresiva. Y, por tanto, el paciente se recupera antes.

El origen y la solución del problema que obligó a los hemodinamistas del HUBU a suspender este programa a primeros de mayo tiene un punto kafkiano, ya que todo depende de que Cardiología pueda garantizar que hay un cirujano cardíaco en el hospital mientras se están implantando las prótesis; intervenciones en las que este especialista no participa porque no hay razón para ello: el TAVI compete a los cardiólogos hemodinamistas y no a los cirujanos, ya que la prótesis se introduce por la ingle mediante un cateterismo y se lleva hasta la válvula aórtica enferma, que se sustituye y permite que la sangre circule como debe hacerlo. Y en caso de que hubiera un problema, el cirujano cardíaco tampoco podría hacer nada, ya que los pacientes candidatos a la prótesis de válvula aórtica tienen una situación clínica que desaconseja una operación a corazón abierto.

Este requisito, de índole puramente administrativa, se debe a que la cartera de servicios del HUBU no incluye la Cirugía Cardíaca, que sí se practica en los hospitales de León, Salamanca y en el Clínico de Valladolid. Se trata de un requisito vigente en toda España y que, por tanto, exige a los hemodinamistas de Burgos contar con el apoyo externo de un especialista que, sin embargo, no interviene.  

El acuerdo alcanzado este verano entre el HUBU y el Clínico debería asegurar continuidad y, por tanto, menos derivaciones a otros hospitales de Sacyl para algo que se puede hacer en Burgos. Y que, se supone, va a ir a más. Porque la colocación de prótesis aórticas mediante cateterismo ahora solo está indicada para pacientes con riesgo de no sobrevivir a una cirugía, pero la previsión es que se generalice también entre aquellos a quienes sí se les puede meter en quirófano. La previsión de los cardiólogos de Burgos es llegar a colocar 50 prótesis al año, si todo va bien.

Derivaciones. Ahora, los hemodinamistas del HUBU siguen derivando a otros hospitales de Sacyl a pacientes con valvulopatía aórtica grave, pero solo a aquellos susceptibles de tratarse mediante cirugía. Si el acuerdo fallara, habría que derivar a todos.

La valvulopatía aórtica es, según la Fundación Española del Corazón, una enfermedad de la estructura que conecta la aorta con el ventrículo izquierdo y puede manifestarse de dos formas: como obstrucción y dificultad en el flujo desde el corazón a la aorta a causa de un estrechamiento progresivo (estenosis aórtica) o como un flujo anormal de sangre de la arteria al corazón porque la válvula no funciona bien (insuficiencia aórtica).