El HUBU evita traslados en pacientes con valvulopatía aórtica

GADEA G. UBIERNA
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Cardiología ha colocado desde noviembre 20 prótesis a través de un catéter que se introduce por la ingle. Hasta entonces, estas intervenciones tenían que derivarse a Valladolid y a León

El equipo de la Unidad de Hemodinámica del HUBU, que progresivamente implanta nuevas técnicas que evitan derivaciones a otros hospitales. - Foto: Patricia

Personas con una valvulopatía aórtica grave y, a la vez, riesgo alto de complicaciones si entran en quirófano para tratar mediante cirugía convencional este problema -que impide la correcta circulación de la sangre- ya no tienen que ser derivados a los hospitales públicos de Valladolid o de León para recibir un tratamiento alternativo. 

Hace casi cinco meses que la unidad de Hemodinámica del HUBU, dependiente de Cardiología, empezó a colocar implantes percutáneos de la válvula aórtica; es decir, a introducir un catéter a través de una arteria de la ingle para llevar hasta la válvula enferma una prótesis biológica, que asume la función que la orgánica no puede realizar por sí misma. Esta técnica se denomina TAVI (por las siglas en inglés de Implante Transcatéter de la Válvula Aórtica) y, desde noviembre, en el HUBU se han colocado veinte, pero la previsión es llegar a unos 50 al año.

Así lo afirman, a través de un cuestionario contestado por escrito, el jefe de Cardiología, Jesús Domínguez; el coordinador de la unidad de Hemodinámica, Javier Robles; y los también cardiólogos Pablo Luengo y Jean Núñez. Los cuatro explican que esta técnica transcatéter «está indicada en pacientes con valvulopatía aórtica severa, fundamentalmente degenerativa por la edad». 

Según la Fundación Española del Corazón, la valvulopatía aórtica es una enfermedad de la estructura que conecta la aorta con el ventrículo izquierdo y puede manifestarse de dos formas: como obstrucción y dificultad en el flujo desde el corazón a la aorta a causa de un estrechamiento progresivo (estenosis aórtica) o como un flujo anormal de sangre de la arteria al corazón porque la válvula no funciona bien (insuficiencia aórtica). «Según la cantidad de sangre que vuelve hacia el ventrículo izquierdo, así de severa será la insuficiencia aórtica», especifica la fundación.

En todo caso, la valvulopatía se caracteriza por una anormalidad en la circulación de la sangre que se debe corregir con una prótesis. Y, o se coloca en una operación convencional (algo que el HUBU todavía tiene que derivar porque en Burgos nunca se ha practicado cirugía cardíaca), o mediante un cateterismo, en una unidad de Hemodinámica como la del HUBU, que funciona desde hace años, pero que progresivamente incorpora nuevas técnicas.

El reemplazo percutáneo de válvula aórtica es una de ellas. «TAVI es la opción mayoritaria para los pacientes con esta enfermedad degenerativa, pero aún se mantiene la cirugía convencional, especialmente para pacientes de bajo riesgo quirúrgico», comentan los cuatro cardiólogos del hospital burgalés, matizando que, sin embargo, «es de esperar que, de aquí a unos años, el TAVI se generalice también entre quienes tienen bajo riesgo en una cirugía convencional».

Así, si en Cardiología del HUBU estiman ahora que cada año podrán evitar unas 50 derivaciones a Valladolid y/o León a pacientes con riesgo de no aguantar una cirugía, en el futuro serán más.

Menos morbilidad. A favor de la generalización de la técnica mediante cateterismo, cuyo resultado clínico es similar al de la operación a corazón abierto, juegan varios factores. El primero, que «genera menos morbilidad», afirman los cuatro cardiólogos del HUBU, antes de añadir que, al tratarse de «una intervención menos agresiva», permite que la recuperación del paciente sea más rápida.

El implante en Hemodinámica se hace sin anestesia general y comienza con una punción en una arteria de la ingle, mediante la que los cardiólogos intervencionistas introducen el catéter que lleva la prótesis y la conducen hasta la válvula aórtica. «Una vez que está sobre ella», indican los especialistas, «la estructura que aloja la prótesis se abre y permite que el dispositivo, que es de material orgánico (pericardio generalmente bovino o porcino), se expanda y desplace a la válvula enferma para realizar su función». De esa manera, la sangre vuelve a circular correctamente.

Hasta noviembre, los pacientes susceptibles de beneficiarse de esta técnica, casi siempre personas mayores, también tenían que desplazarse a Valladolid o a León. Ahora pueden quedarse en Burgos, por lo que la técnica transcatéter también gana en comodidad para el enfermo.

Dado que el HUBU implantó la técnica en noviembre no es posible establecer todavía el porcentaje de pacientes que, de entre todos los candidatos potenciales, la acaba recibiendo. Pero lo que sí especifican en el servicio es que «los pacientes con estenosis aórtica degenerativa, si no tienen otras patologías que comprometan su supervivencia a corto plazo, son candidatos». 

Se estima que las prótesis biológicas de pericardio tienen una vida media de unos diez años, pero en el HUBU aclaran que en caso de que se deteriore antes o de que falle, se puede implantar otra de la misma forma.