Quiero pensar que es el amor, y no el dinero, el que mueve el mundo. Aunque muchas veces sea el amor precisamente… al dinero. Y son estos dos elementos, poderosos como pocos, amor y dinero, los que confluyen en la historia que esta semana me ha encogido el corazón. 

¿Mujeres enamoradas de Brad Pitt? A miles ¡millones quizás! en todo el mundo. Amores platónicos. Pura ensoñación. Sin anhelo de realidad, ni mucho menos, correspondencia. Pero, al parecer, una mujer de Granada, 'de mediana edad', se enamoró ¡de verdad! O eso creía ella. Porque la comedia romántica ha tornado en drama… y ruina, engatusada por algún embaucador cruel. ¡Qué maldad aprovecharse de un corazón enamorado! Y por ende, ciego. Quien lo probó lo sabe.

A través de una supuesta página de fans conoció al presunto Brad Pitt. El de verdad, por cierto, debe flipar con esta historia. Lo uno llevó a lo otro, que si voy a ir a verte, que si quiero rodar una peli en España contigo, se habla ¡hasta de propuesta de boda! 

Un amor labrado más de un año en el que poco a poco se fueron salpicando peticiones de dinero. Y allá que iban las transferencias de la ingenua enamorada. ¡Hasta 170.000 euros! Y de Brad Pitt, ni rastro real. Desde nuestra atalaya pensamos, «a mí no me pasaría». Y claro que mandar dinero a alguien que no conoces, por mucho que sea Brad Pitt, o precisamente por ser Brad Pitt, que, ¡hombre! falto de dinero no parece, es un comportamiento que escapa a los cánones de la lógica. Pero ¿nunca les cegó el amor? Desconociendo las circunstancias de la mujer en cuestión, se intuye detrás una historia de soledad, quizás de falta de cariño. ¡Vaya usted a saber! No me atrevo a juzgar el porqué de su candidez. El amor es capaz de arrollarlo todo, hasta el sentido común. Nada nos hace tan felices, tampoco tan desdichados. Nada nos hace tan fuertes, tampoco tan vulnerables. Y ahí está la grieta por la que entran los desalmados estafadores del amor. ¡Pobre mujer! ¡Cómo debe estar! Sin Brad, y desplumada. Cuidado con los romeos virtuales y pedigüeños.

En otro orden de cosas, no sean mal pensados, nada que ver con lo anterior, volviendo sólo al amor, también los políticos buscan el nuestro. Sobre todo desde la tele. Y estaremos cansados de la política, pero Sánchez y Feijóo rompieron los audímetros en El Hormiguero, en lo que fue algo así como un cara a cara en diferido con 24 horas de delay. El otro, el del día 10, también lo veremos en mi casa, Atresmedia. ¿Quién se llevará el amor de los españoles?