Los acusados de proxenetismo se culpan entre ellos

F.L.D. / Burgos
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El principal procesado, M.H.D., niega ser el responsable de los pisos y las empresas pantalla, que estaban a nombre de su presunta socia. E.M.R. asegura que lo hizo obligada y F.R.F. defiende que fue estafado

Los acusados de proxenetismo se culpan entre ellos - Foto: Valdivielso

Esta mañana se ha celebrado en la Audiencia Provincial la primera sesión del juicio por proxenetismo en el que están acusados tres personas, para los que piden penas de entre 35 y 161 años por obligar a varias mujeres a prostituirse en pisos de Burgos. Los tres procesados han prestado declaración y todos han coincidido en desentenderse de los hechos de los que se les acusa. 

El primero en responder las preguntas de las partes ha sido M.H.D., al que la Fiscalía considera principal responsable de los hechos enjuiciados. Este hombre ha negado cualquier tipo de vinculación con una red de prostitución, sobre la cual, ha mantenido, no tenía ningún tipo de conocimiento. 

Durante su testifical ha insistido en que simplemente prestaba ayuda a E.M.R. en labores de asesoriamiento a la hora de montar una peluquería. También ha sostenido que su acusación es fruto de una "animadversión" de algunas de las víctimas, si bien no ha aclarado de dónde venían las disputas. Por otro lado, ha subrayado que en ningún momento mantuvo relaciones sexuales con las chicas. 

Por su parte, E.M.R., ha denunciado que ella era víctima de M.H.D., el cual la obligaba a prostituirse en varios pisos de la capital burgalesa. "Me prometió que iba a salir de pobre con el negocio del porno, pero lo único que hice fue acostarme con hombres por dinero y yo no vi ni un euro. Todo se lo quedaba él", ha indicado. 

El último en declarar ha sido F.R.F., quien ha explicado que su contacto con los otros dos acusados comenzó cuando contrató los servicios de compañía de E.M.R. y que fue ésta quien le presentó a M.H.D. como su abogado y gestor. Ha añadido que después dejó de pagar por tener citas y que ambos le convencieron para montar una productora de contenido erótico asociada al pronógrafo Torbe. 

La documentación encontrada en los registros a estas viviendas que alquilaban (en una de ellas había una menor), y la declaración de varias víctimas en el marco de la llamada Operación Perla permite al Ministerio Público acusarles de varios delitos de abusos, coacciones, estafa y trata de seres humanos.