Cuatro semanas atrás en este mismo espacio les decía, ‘benditas vacunas’, y lo explicaba. Pese a que arranque de la vacunación ha sido decepcionante no he cambiado de opinión: Un mal comienzo ni conduce al fracaso. Habrá vacunas, varias, suficientes y eficientes. La gestión que de la pandemia ha hecho el gobierno español ha sido de mala a peor (es una opinión); siempre por detrás, sin liderazgo, sin autoridad, sin empatía con los afectados… pero saldremos del desastre por la sobresaliente contribución de la ciencia, por la entrega de los sanitarios, por la voluntad de los empleados de servicios esenciales y por el temor de la mayoría de los ciudadanos. No faltan irresponsables peligrosos a los que no se ha desalentado ni sancionado, pero la mayoría responde con responsabilidad y solidaridad. Hay datos. 
Habrá vacunas porque hoy disponemos de media docena de vacunas probadas y otras tantas en fase avanzada de verificación. La Unión Europea, que felizmente es nuestro agente comprador, ha suscrito contratos efectivos (con incidencias de inicio) para obtener este año más de 2.500 millones de dosis para una población de 450 millones de habitantes. La industria dispone de capacidad creciente de fabricación y suministro a precios asequibles. Lo complicado era obtener la vacuna, lo sencillo, superados los problemas iniciales, es distribuir y aplicar. Además el coste es muy asumible y ventajosa a cualquier alternativa. 
En España el gobierno hizo promesas jactanciosas a lo largo de toda la pandemia, pero tanto Sánchez como Illa prometieron que en diciembre habría vacunas y han cumplido, no tanto por mérito propio, pero acertaron el pronóstico. Ahora dicen que en verano alcanzaremos el 70% de vacunación y es probable que acierten. Que durante el primer mes solo se hayan vacunado 1,6 millones de personas (primera dosis) y 250.000 en segunda no quiere decir que durante el segundo mes se repitan esas cifras. A medida que pasen la semanas la escalada de vacunados aumentará hasta llegar a lo esperado, a la inmunización. Alcanzar la inmunidad no exime la auditoria del desempeño, de los errores (demasiados) aunque solo sea para prevenir y aprender para el futuro.