Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


Portugal en el espejo

12/03/2024

Portugal, tan cerca y tan lejos. No ocupa el espacio que merece en los medios ni en la conciencia de los españoles que desconocemos demasiado del vecino. Los portugueses conocen bien España y lo que acontece por aquí; los españoles no miramos a Portugal todo lo que merece. En Portugal dicen que de España «ni buen viento, ni buen casamiento». En España sobre Portugal se guarda silencio y se muestra desinterés. Un error histórico. 

Portugal es el país más hermano de España y el menos hermanado; aquí está por descubrir esa relación. No se notan políticas compartidas, ni siquiera cuando gobiernan partidos equivalentes. No se perciben acuerdos estratégicos comunes, ni proyectos en marcha. Ni siquiera en infraestructuras que están pendientes desde hace décadas y que serían esenciales para acercar a los pueblos. 

Las elecciones portuguesas, adelantadas, por circunstancias sobrevenidas mal expuestas, han merecido un seguimiento menor por parte de los medios españoles, pese a las similitudes con los avatares políticos españoles. Allí, como aquí, hay dos partidos centrales, socialistas y conservadores de amplio espectro, que se han turnado en el ejercicio del poder con mayorías amplias y también con gobiernos de coalición. 

El resultado de las elecciones del domingo consolida la primacía de los dos grandes partidos, pero también su incapacidad para componer gobierno. Como aquí tendrán que hacer de la necesidad virtud. Los socialistas han mostrado intención de apoyar a los centristas para impedir la alianza con la extrema derecha que ha conseguido un 19% de los votos, casi el doble que Vox en España. 

Lo que vaya a ocurrir en el juego de alianzas para formar gobierno en Portugal puede diferir de lo dominante en la política española, lo cual nos proporcionará un espejo al que mirar, una prueba del algodón sobre lo que es posible y sus resultados. Portugal y España tienen mucho camino por recorrer para que el viento y el casamiento sean favorables, porque es un juego de ganadores plantear objetivos comunes que unan y mejoren ambos pueblos. Castilla León vive de espaldas a Portugal a pesar de los muchos intereses que nos unen, incluidos el Duero, que debería ser un proyecto compartido y estimulante.