Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


Francisco contra los chismosos

17/01/2023

Son varias las ocasiones en las que el Papa Francisco ha rechazado y prevenido contra los chismosos. Dice que es uno de los cánceres que amenazan a la Iglesia. Chismoso es una palabra, un concepto, llamativo en boca de un Papa, por poco solemne, aunque debe serlo ya que no parece que lo haya dicho a vuelo de pajas o sin previa reflexión y elección intencionada. 

Sin embargo, bien merece la pena detenerse a apreciar qué quiere decir el Papa. La primera ocasión en que utilizó el concepto de 'chismes' fue ante un amplio grupo de miembros de la Curia que opera en el Vaticano y aledaños. Fue al comienzo de su mandato. Ahora, tras el entierro de su predecesor, ha vuelto a repetir la misma advertencia. Y lo hace precisamente cuando el fallecimiento de Benedicto XVI despierta tensiones internas entre las familias vaticanas que por un lado tratan de debilitar a Francisco (animarle al retiro) y avanzar posiciones para el próximo cónclave que elegirá al sucesor. En el Vaticano también existen campañas electorales, menos explícitas, más sutiles que las políticas. 

Pero quedémonos con los 'chismosos'. El diccionario otorga a esa voz el siguiente significado: aficionado a contar chismes. Y define como chisme: noticia, verdadera o no, que versa sobre la vida privada de una persona frecuentemente con intención de desacreditarla. El carácter negativo y denigratorio del chismoso se refuerza con la lista de sinónimos: cizañero, cuentista, liante, enredador y murmurador. Así que podemos concluir que el chismoso puede ser peligroso para convivencia y para la verdad. 

¿Cuántos chismosos abundan en nuestra vida social? ¿Cuántas veces incurrimos en chismorreo sobre las personas que nos rodean o que forman parte de la conversación cotidiana? El alegato, la llamada de Francisco tiene más alcance que el gobierno de su compleja iglesia y la vida vaticana prodiga en intrigas y conspiraciones. 

Sin chismosos y chismes buena parte de la programación de algunas televisiones se quedaría huérfana de contenido. Porque el chismoso necesita la contraparte de un audiencia dispuesta a juzgar sin caridad, con frivolidad y sin consideración.