Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


Demasiado para Musk

08/11/2022

Confieso de antemano que nunca me ha gustado Twitter, ni tampoco el señor Musk; aunque hay que reconocer que ambos significan hechos sobresalientes de este siglo que no se pueden minusvalorar ni ignorar. A la red social me asomé con cautela hace años y me quedé en posición de observador al poco tiempo con creciente desinterés que me lleva a no dedicar más de unos breves minutos al día a curiosear lo último. Cada día me parece más un soporte para muy cafeteros de la actualidad con ganas de emitir su opinión sin ninguna exigencia. Además, sirve para encubrir a los poderosos, incluidos los gobiernos, para no dar explicaciones. 

El caso de Elon Musk es singular; he leído varios libros sobre el personaje y me parece sobresaliente lo que ha conseguido, sus visiones y sus logros. Pero la persona me parece poco recomendable por exagerada, por caprichosa e imprevisible. 

La integración de ambos (Twitter+Musk) me parece una carga explosiva de alto riesgo. Demasiado para Twitter y demasiado para Musk. Concentración excesiva de poder que no puede producir nada bueno. La arbitrariedad del sujeto conducida por un vehículo tan potente como la red social me parece un poder intensivo, de esos que no se pueden controlar y que tienden a acabar bastante mal en cuanto a costes sociales.

El gran debate para el Twitter de Musk, aparte de su rentabilidad-viabilidad como negocio, está en la moderación interna para poner coto a las mentiras que producen extravíos. En esta materia, cuando se esgrime la libertad de expresión como dogma (¡cuántos crímenes en su nombre...!), la moderación, la contención, deben llegar por el coste de las sentencias judiciales. Si la difamación y la mentira concluyen en sentencias onerosas el estímulo a la moderación crece por necesidad. 

El problema radica en que por extrañas razones a las redes sociales se les excluye de responsabilidad civil y penal por difamar y mentir. Dicen no ser medios de información, solo canales de tráfico. Pero son medios de información y desinformación, que deben responder ante los tribunales, aunque no sean los autores. Difundir implica tanta responsabilidad como editar.