Mi aplauso para el Ayuntamiento de Aranda que recientemente publicó el listado de las entidades de todo tipo que reciben subvenciones de las arcas municipales. Algunas de ellas me parecen auténticos chiringuitos, aunque no diré cuales para que no se me enfaden mis paisanos y, junto a ellas, hay otras que hacen una labor encomiable.

Son decenas de entidades que, en total, se llevan cerca de un millón de euros, si no me he equivocado al sumar. Se distribuyen entre 14 asociaciones de las que trabajan para hacer la vida mejor a muchas personas (Asadema, Cáritas, Cruz Roja, etc...), proyectos sociales, asociaciones culturales de diverso pelaje, cofradías de Semana Santa, eventos de tipo cultural (o eso dicen), Ampas (para financiar actividades extraescolares), clubes deportivos (hasta 27 diferentes), festejos variados, peñas, asociaciones empresariales, asociaciones de vecinos, grupos políticos municipales y alguna que otra más. El mayor desafío sería el saber diferenciar entre esas decenas de entidades y eventos aquellas que dan grano de las que solo dan paja.

Da la impresión de que en Aranda se juntan cuatro amigos con una afición común y lo primero que hacen es solicitar una subvención al Ayuntamiento, y no debería de ser así, a no ser que del gasto de esos dineros derive un bien común.

Resulta curioso que algunos de estos dineros vayan a parar a colectivos que sistemáticamente critican que se subvencione a los contrarios y que les llamen paniaguados, por ejemplo a los sindicatos, y otras lindezas de ese cariz. En esto de recoger dineros públicos da la impresión de que no hay liberales de esos que quieren reducir el estado al mínimo y presumen de rebajar impuestos. ¿De dónde se creen que salen los dineros de sus subvenciones?

Posdata: a pesar de lo que se dijo recientemente, siguen robando las páginas de Ribera en el Diario de Burgos de la Biblioteca Municipal de Aranda.