Hace ya unos (muchos) años que el recientemente fallecido Paco Andrés puso a disposición del pueblo de Aranda su ingente colección particular de objetos relacionados con el ferrocarril. Con el fin de exponerlos al público, se habilitaron los bajos de la estación Chelva en la que se montó un pequeño pero muy digno museo con todos esos bienes, colocándose incluso una estupenda maqueta en la que los trenes se movían que daba gloria verlos. Con el paso del tiempo se incorporaron al museo vagones y locomotoras de verdad donadas por distintas entidades y que fueron recuperadas gracias al buen saber de algunos de los miembros de la Asociación Arandina de Amigos del Tren. Incluso pusieron en marcha una locomotora con la idea de que las nuevas generaciones arandinas que desconocían lo que era un tren pudieran desplazarse unos kilómetros. No había semana en la que no lo visitaran decenas de curiosos y aficionados.

Este museo estuvo abierto durante años gracias al trabajo voluntarioso de los miembros de la Asociación, pero hace ya ¿un lustro? se cerró con el fin de que se hicieran en él algunas pequeñas obras de adaptación, con la promesa de que se reabriría al público en poco tiempo y gestionado por el propio Ayuntamiento, al igual que los otros museos de Aranda. Pero esto tampoco se ha hecho. Mientras tanto, los vándalos han seguido haciendo su incansable labor pintarrejeando la locomotora del AVE, e incluso rompiendo salvajemente el cristal blindado de su parabrisas. Raro es que todavía no lo hayan hecho con el bonito edificio central de la estación. ¿Todavía hay alguien que siga pensando que la asignatura de Educación para la Ciudadanía era un intento de manipular las mentes de nuestros escolares, como mantenían los partidos y medios de la derecha? 

Otra tarea pendiente para el nuevo Ayuntamiento, que no hace más que heredar pufos de la corporación saliente.