Unos chicos en camiseta en mi balcón

B.A. / Burgos
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Rodrigo Martínez cuenta cómo La M.O.D.A. encontró en su rústica terraza de Sedano la solución para actuar en una lluviosa tarde, en el segundo concierto de su minigira rural. «Fue todo muy rápido, necesitaron luz y poco más»

La lluvia no daba tregua el sábado por la tarde en Sedano y la localidad estaba a punto de vivir uno de sus días más memorables. La M.O.D.A. no quería suspender su concierto y una ya abarrotada plaza media hora antes de su inicio tampoco quería irse de allí sin disfrutar de su música. Y así, en cuestión de minutos, se pasó de la incertidumbre a que la banda de los chicos de la camiseta blanca comenzara su recital desde el balcón de la casa de la familia Martínez. Porque las grandes soluciones a veces son las más simples, aunque se necesite de voluntad para llevarlas a cabo. 

«Estaban terminando de montar todo en el escenario, pero no aclaraba, así que nos fuimos a casa», relata Rodrigo Martínez. A los pocos minutos de entrar sonó el timbre. «Era Igor, el alcalde, que nos dijo que la banda lloviendo así no podía tocar y que alguien del grupo habían pensado en la posibilidad de hacerlo desde la balconada de la vivienda». Entre la sorpresa, preguntándose si iban a caber en ese espacio, respondió a la pregunta de cómo veía que se hiciera allí con un «genial». También dieron el visto bueno los primos de Rodrigo, titulares igualmente de esa última planta del inmueble que hizo posible la magia, una vez más. 

No había tiempo que perder. Primero un componente del equipo subió a la terraza para comprobar si era viable y después «todo fue muy rápido», explica Rodrigo, que preguntó a los miembros de la banda qué es lo que necesitaban para facilitarles el trabajo. «Sólo querían luz, dijeron que 1.500 vatios eran suficientes, así que con alargaderas desde la planta de abajo, que es donde vive mi padre Florentín, se la suministramos», detalla. 

Vista desde abajo del concierto de La M.O.D.A. en un balcón de Sedano. Perfecta imagen; más rural, ni aposta. Vista desde abajo del concierto de La M.O.D.A. en un balcón de Sedano. Perfecta imagen; más rural, ni aposta. - Foto: R.M.

Comenzó entonces el viaje de los instrumentos, de los micrófonos y altavoces escaleras para arriba, el reto de instalar una mesa de sonido en una habitación que justo quedaba detrás de la balconada, la retirada de muebles que molestaban y también dar solución a la iluminación. «Me dijeron que con lámparas, así que cogimos todas las que había en las mesillas de la casa, que se fueron colocando en el suelo para que dieran ese ambiente. Otro vecino trajo un foco. Todo el mundo se volcó», comenta el hombre, que asegura que vivió todo entre la sorpresa y la alegría. 

Y tras esos «nervios» llegó el disfrute de poder vivir el concierto a su lado, en un lateral, donde la terraza está acristalada. Allí estuvieron Rodrigo y su mujer Lorena, también su prima Ana y su cuñado Rafa (...).

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En la balconada de la casa de Rodrigo Martínez en Sedano, los chicos de La M.O.D.A. disponían del espacio justo para actuar.
En la balconada de la casa de Rodrigo Martínez en Sedano, los chicos de La M.O.D.A. disponían del espacio justo para actuar. - Foto: R.M.
La habitación en la que instalaron la mesa de sonido, con algunos instrumentos y La M.O.D.A. tocando al fondo.
La habitación en la que instalaron la mesa de sonido, con algunos instrumentos y La M.O.D.A. tocando al fondo. - Foto: R.M.

(Reportaje completo, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes o aquí)

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