Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


No quiero ir al cole

15/09/2023

La vuelta al cole está siendo muy agitada y hasta diría que divertida. Me sigue volviendo cada mañana a la cabeza esa frase típica: no quiero ir al cole, y noto como me entra una pereza tremenda contra la que lucho hasta que consigo ponerme en marcha. Aun así, este curso estoy por la labor de ser más positiva, no sé lo que me durará. 

En estas primeras semanas del curso, he visto como proyectos tan enquistados en nuestra ciudad, como el del Mercado Norte, empiezan a ver la luz y avanzar, cuestión que en la administración local casi parece un milagro. Al parecer, ahora el proyecto tiene tantos pretendientes que estamos a punto de sentirnos acosados. Y creo que también estamos algo sorprendidos, porque nunca valoramos suficientemente el increíble atractivo de Burgos. Esto tampoco resulta extraño porque se empeñan desde otras instancias en menoscabar de forma constante nuestra valía, diciendo cosas tan insensatas como que no tenemos una ubicación estratégica, o que no somos un nudo de comunicación, cuestiones que, como mentirosos o como mínimo ignorantes que son quienes lo dicen, deben creer que por repetir mucho esta mentira, se puede acabar convirtiendo en verdad.

Es terrible tener que depender siempre de intereses políticos cargados de un trasfondo económico, pero es lo que tenemos y son las piezas con las que debemos jugar la partida. Ahora nos queda esperar que la carambola nos lleve a una situación distinta a la que hemos vivido hasta la fecha, a ver si dejan de pisarnos la cabeza para favorecer a otras opciones que no tienen capacidad propia para brillar, y nos tienen que quitar la nuestra.

Nos jugamos mucho en este próximo curso, tal vez el futuro de la ciudad. Nuestros profesores, con mote incluido desde la primera semana, van a tener que darlo todo, ser imaginativos, innovadores y creo que especialmente valientes para que podamos conseguir el lugar que nos corresponde y merecemos. Pero si algo tiene este alumnado burgalés es que aunque seamos un poquito recogidos en nuestras emociones, también es cierto que sabemos ser revoltosos como nadie y superar las metas que nos propongan, eso sí, esta vez sin repetir ningún examen.