Gadea G. Ubierna

Plaza Mayor

Gadea G. Ubierna


Turisteo

11/08/2023

Leí en la edición de este periódico del domingo pasado que hay turistas que lamentan que en la Cartuja no les dejen visitar «el monasterio entero» o que consideran que podrían cambiar el viaje a los yacimientos de Atapuerca por una «proyección» porque, al fin y al cabo, «allí solo se ven escaleras y andamios». Es llamativo que alguien llegue a un sitio sin tener la más remota idea de lo que va a visitar, pero encaja con la fiebre actual por montarse en el coche y recorrer media Castilla y León en un día o, a lo sumo, en día y medio. Y, así, es comprensible que no se sepa ni dónde se está.

Este desconcierto turístico es evidente en el Espolón, cuando uno se acopla a alguna de las muchísimas excursiones que lo recorren detrás de un guía y escucha los comentarios de lo que se les va quedando. Algunas veces hacen gracia y otras, bueno, te preguntas para cuándo una planificación que distinga a Burgos y que haga del turismo un valor añadido a largo plazo. Para ello hay que tener una idea concreta del tipo de público al que se quiere atraer y de los recursos de los que dispone para conseguirlo; recursos entre los que, claro, los museos deberían ejercer como uno de los motores principales. Pero hete aquí que en esta provincia vamos a dejar que el museo que nos define, el que narra nuestra historia, el que atesora nuestros bienes y la producción de nuestros artistas, el Museo de Burgos, acabe convirtiéndose en una ruina. Y de nada servirá que, entonces, cuando se haya desplomado, salgamos a la calle a llorar que el Ministerio de Cultura, la Junta y el mundo en general no nos tienen suficiente consideración.

La ciudad tenía sobre la mesa un proyecto estupendo del estudio Bher, pagado con dinero de todos y ahora camino de un cajón, a pesar de que no solo revitalizaría una dotación olvidada durante décadas, sino que haría otro tanto con la Calera y la zona Sur. Ahora es el momento de pelear -¿no era este uno de los cometidos de los fondos Next Generation?- y de ahí que sorprenda que en el bipartito que gobierna el Ayuntamiento de Burgos nadie haya hecho todavía comentario alguno acerca de esta vergüenza superlativa. Es lo que se dice tener visión de futuro. Pero a nuestros turistas se lo ponemos fácil: no tienen que perder tiempo en otro museo y pueden irse corriendo.