Carlos Briones Llorente

Entre ciencias y letras

Carlos Briones Llorente


Microorganismos en Burgos

02/07/2023

Durante esta semana, además de disfrutar de los Sampedros, Burgos ha vuelto a ser un punto de encuentro para la ciencia al celebrarse aquí el XXIX Congreso de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), con el profesor de la Universidad de Burgos (UBU) David Rodríguez Lázaro al frente de sus comités organizador y científico. Nos hemos reunido en un entorno tan representativo y lleno de referencias históricas como el Hospital del Rey, cuyas aulas, patios y jardines han acogido a más de 450 investigadores llegados desde muchas ciudades españolas y extranjeras. 

He tenido el gran honor de compartir la sesión inaugural de este Congreso con mi amiga María Martinón, directora del CENIEH y extraordinaria paleoantropóloga. En el acogedor Aula Romeros, repleto de científicos de todas las edades -desde investigadores predoctorales hasta profesores eméritos-, y con muchas caras conocidas delante, impartí la conferencia titulada El origen de la vida microbiana en la Tierra... ¿y fuera de ella? A continuación disfrutamos de una ponencia magistral de María: Microbios y sapiens. Vidas paralelas. Una vez más, ambos compartíamos escenario y turno de preguntas, siempre a la luz de la evolución. Y entre el público nos estuvieron escuchando con gran atención dos personas realmente especiales para mí: mi padre y mi madre, que no quisieron perderse esta ocasión.

Uno de los ponentes en este Congreso ha sido otro buen amigo: Adolfo García-Sastre, ilustre burgalés que investiga en el Hospital Mount Sinai de Nueva York, y referente mundial sobre virología, vacunas y salud global. El pasado domingo, el propio Adolfo publicó en estas mismas páginas una tribuna titulada La ciencia no para, en la que adelantaba a los lectores las claves de su interesante conferencia en el Congreso de la SEM sobre las nuevas vacunas que su grupo está desarrollando frente a distintos virus. 

Al escucharle recordé otro congreso científico celebrado en Burgos hace diez años, el de la Sociedad Española de Virología (SEV), y que tuve el placer de organizar en el Aula Magna de la UBU y en el Palacio de Congresos Fórum Evolución. En aquel junio de 2013, Adolfo impartió una estupenda conferencia inaugural en la que nos habló sobre el virus de la gripe y las pandemias producidas por él, sin que ninguno de nosotros pudiéramos sospechar que para la siguiente faltaban pocos años y que sería causada por un coronavirus.

En una y otra reunión, aquella de la SEV y esta de la SEM, por lo que se comentaba entre los congresistas me queda claro que debemos sentirnos muy orgullosos de la UBU, de todo lo que supone el Proyecto Atapuerca, y por supuesto de los atractivos artísticos, históricos y gastronómicos de nuestra ciudad. Burgos está en la intersección de los caminos de la ciencia, las artes y las humanidades: nuestra ciudad avanza entre ciencias y letras, y tenemos que seguir impulsando este valor para la candidatura de Burgos como Capital Europea de la Cultura en el año 2031.

Volviendo al Congreso de la SEM, en sus doce sesiones científicas hemos hablado de temas variados e interesantes, incluyendo el origen y la evolución temprana de los microorganismos (recuerden, lo ocurrido entre los metros 67 y 120 del esquema temporal propuesto para el Espoloncillo en estas mismas páginas, el día 12 de marzo), o los nuevos descubrimientos sobre el microbioma humano (pues la mitad de las células de cada uno de ustedes no son de Homo sapiens sino de bacterias, arqueas u hongos que viven en distintos entornos de su organismo). También se ha tratado la influencia de los microorganismos en el cambio climático, las resistencias a los fármacos antimicrobianos, las enfermedades emergentes o el uso de los microorganismos en distintas aplicaciones biotecnológicas y sanitarias.

Además, como ya hicimos en el Congreso de la SEV, el de la SEM ha contado con una sesión de divulgación científica abierta al público de la ciudad. Se celebró el lunes en la Estación de la Ciencia y la Tecnología, donde muchos burgaleses pudimos disfrutar de ocho charlas cortas de otros tantos científicos que mostraron varias de las implicaciones de la microbiología en la ciencia básica, el medio ambiente, o la salud. 
Nuestra ciudad seguirá acogiendo congresos y reuniones de todo tipo, y muchos visitantes seguirán descubriendo sus encantos. Mientras tanto, les deseo un feliz verano: a ustedes… y a sus microbiomas.