Carlos Briones Llorente

Entre ciencias y letras

Carlos Briones Llorente


Mundos oceánicos

31/03/2024

Este año, la primavera ha comenzado en la madrugada del 20 de marzo. Y aunque las estaciones ya no son lo que eran, fue una jornada en la que se habló mucho sobre los ciclos de la naturaleza y el renacer de la vida. Las fechas siguientes también estaban marcadas en los calendarios científicos y literarios: el 21 celebramos el Día Mundial de los Bosques y además el Día Mundial de la Poesía, y el 22 fue el Día Mundial del Agua.

Durante este último se volvió a recordar en los medios de comunicación y redes sociales que el agua es esencial para la vida y cubre el 70% de la superficie de nuestro planeta, aunque del total sólo el 0,5% es agua dulce utilizable por los humanos o el resto de los animales y plantas que vivimos en las tierras emergidas. De hecho, más de una cuarta parte de la humanidad no tiene acceso a agua potable con garantías sanitarias. Por tanto, como cada año, fue una jornada para concienciarnos sobre el uso racional del agua, que en el contexto de la actual crisis climática es un bien cada vez más preciado.

Pero esa preocupación trasciende a una fecha concreta: entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU para la Agenda 2030, el número 6 se define como 'Agua limpia y saneamiento' y busca garantizar su disponibilidad y gestión sostenible en los cinco continentes.
Todas las especies necesitamos el agua. Y esta molécula, el H2O, constituye tres cuartas partes de la masa de los seres vivos. Dadas sus extraordinarias características físico-químicas, no superadas por ninguna otra molécula conocida, consideramos que cualquier vida que exista en el Universo estará basada en el agua (y en el carbono, pero ese es otro asunto). Por ello, durante el siglo XXI la estrategia de las agencias espaciales en la búsqueda de vidas extraterrestres está englobada en el lema follow the water ('seguir el agua'). 

Y la buena noticia es que esta molécula, en sus tres estados, es muy abundante en el Universo. Dentro de nuestro vecindario cósmico, hay mucha agua líquida en varios satélites (como Europa y Ganimedes en el sistema de Júpiter, o Encélado, Titán y Mimas en el de Saturno), así como en Plutón y otros planetas enanos. En estos 'mundos oceánicos', grandes masas de agua líquida se esconden bajo sus superficies de hielo. Así, por ejemplo, durante los últimos años se ha descubierto que Europa, Ganimedes y Titán tienen, respectivamente, 2,4, 6,2 y 11,4 veces más agua líquida que nuestro planeta azul. ¿Podrían esos fríos y oscuros océanos ser el hogar de otras vidas?

En abril de 2023, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó la misión robótica Jupiter Icy Moons Explorer (JUICE) rumbo a Júpiter, para estudiar a partir de 2031 los mundos oceánicos que orbitan ese planeta gigante. Y en octubre de este año está previsto que despegue la misión Europa Clipper de la NASA, con el objetivo de realizar 45 sobrevuelos de Europa desde 2030. En algunos de ellos se aproximará hasta sólo 25 km de su superficie, tratando de cruzar los géiseres que parten del océano y atraviesan aquella corteza helada. 

Hace pocos días, la agencia norteamericana ha anunciado que esta sonda va a llevar, fijada a su estructura, una placa triangular a la que estará unido un microchip de silicio con los 2,6 millones de nombres de las personas que en su día lo enviamos a una página web del proyecto. Pero lo más interesante es el mensaje que contiene dicha pieza metálica, en cierto modo heredero de los que se lanzaron al Cosmos en las placas de las sondas Pioneer 10 y 11 (en 1972 y 1973) y en los discos dorados de las Voyager 1 y 2 (en 1977).

Una de sus caras incluye una representación gráfica de las ondas sonoras correspondientes a la palabra 'agua' pronunciada en 103 idiomas hablados en países o comunidades de los cinco continentes de nuestro planeta. Todas ellas irradian desde el símbolo que corresponde a esta misma palabra en la lengua de signos estadounidense.

En el otro lado aparece la famosa Ecuación de Drake, el retrato del geólogo planetario Ron Greeley (uno de los principales impulsores de la misión Europa Clipper, fallecido en 2011), y símbolos adicionales. También está grabado un poema manuscrito, compuesto especialmente para esta misión por la poeta estadounidense Ada Limón y titulado Elogio del misterio: un poema para Europa. Cuatro de sus versos nos hablan del agua que comparte nuestro planeta con esa luna de Júpiter: Y lo que nos une no es la oscuridad,/ ni la distancia fría del espacio, sino/ la ofrenda del agua, cada gota de lluvia,/ cada arroyo, cada latido del pulso, cada vena.

La exploración espacial, la investigación sobre el agua y la búsqueda de otras vidas continúan su largo y fascinante camino, entre ciencias y letras.