Hace ya más de veinte años que mi cuerpo serrano y yo aterrizamos en esta espléndida ciudad de Burgos, aunque en ese momento y ni siquiera durante los primeros meses pude darme cuenta de todas las maravillas que se alojaban en ella.
Las primeras semanas que pasé aquí (no voy a engañar a nadie) fueron un infierno, o más bien, todo lo contrario; nunca había pasado tanto frío, qué les voy a contar que no sepan. No podía comprender que cada vez que ponía un pie en la calle siempre hubiera viento, un viento feroz que te revolvía la cabellera de una manera desquiciante, haciéndote sentir como si vivieras continuamente en el ojo de un huracán. Aún recuerdo esas primeras clases en las que ni siquiera me quitaba la cazadora (la más gorda que tenía) y tomaba apuntes con los guantes puestos porque se me congelaban las manos.
Poco a poco me fui acostumbrando al clima (no sé si he conseguido hacerlo del todo) y empecé a descubrir mi Burgos y sus maravillas; todos sabemos cuáles son. Además de los tres Patrimonios de la Humanidad con los que cuenta: el Camino de Santiago, los Yacimientos de Atapuerca y la majestuosa Catedral, me impresionaron muchísimo el Mirador del Castillo y sus vistas, La Cartuja de Miraflores y sobre todo el increíble Monasterio de las Huelgas (si no lo han visto, se lo recomiendo).
Después de sorprenderme con la riqueza monumental y cultural de la ciudad, empecé a descubrir la provincia y ahí ya… ¡qué quieren que les diga! ¡Es extraordinaria!
Agosto, mes de descanso para muchos, está a la vuelta de la esquina y es por ello que yo les invito a que salgan y descubran ustedes mismos los excepcionales lugares que alberga este increíble territorio burgalés como son el Monasterio de Santo Domingo de Silos, Covarrubias, Frías, Oña, Lerma, el Desfiladero de La Yecla, Orbaneja del Castillo, Pedrosa de Tobalina, el reconstruido Cementerio de Sad Hill, Quintanilla del Agua, Poza de la Sal, Puentedey, Clunia, Castrojeriz, los Cañones del Ebro o el complejo de Ojo Guareña y muchos más.
Todos ellos son lugares excepcionales y únicos que merecen ser contemplados, admirados y de visita casi obligatoria por la belleza que cobijan.
Así que ya saben; vayan haciendo la maleta y prepárense para disfrutar porque ¡la Provincia de Burgos les espera!