El Ayuntamiento de Miranda y el Mirandés se reunieron ayer por la mañana en el salón de plenos para abordar el proyecto sobre la construcción de la nueva grada. En ese encuentro, el equipo de gobierno propuso incrementar su aportación en 225.000 euros, llegando a un total de 1.225.000 en 10 años, pero el club rechazó la misma, según anunció el Consistorio en un comunicado. 

La falta de entendimiento entre el Mirandés y el Ayuntamiento vivió ayer un nuevo episodio. Después de que Alfredo de Miguel, presidente rojillo, calificara de «vergonzosa» y de «tomadura de pelo» la propuesta municipal de un millón de euros repartida en una década, ambas partes volvieron a reunirse ayer con el fin de llegar a un acuerdo que no cristalizó. «El encuentro ha finalizado con el rechazo por parte del Mirandés de la propuesta, que se incrementa respecto a la anterior en 225.000 euros», reza la nota.

En ese texto, se expone que, en un principio, De Miguel valoró como «insuficiente» la aportación de un millón de euros al considerar que «el anticipo de esa cantidad por el propio club suponía en la práctica la pérdida de la rentabilidad producida por la inversión financiera de ese millón durante el período señalado». 

Así las cosas, el Ayuntamiento aumentó ayer la cantidad hasta 1.225.000 euros a pagar en diez años. En la temporada 2024/25, el Mirandés recibiría 100.000 euros y, a partir de ahí, esa cuantía se incrementaría en 5.000 euros cada año hasta finalizar en el curso 2033/34 abonando 145.000.

Estas cantidades, recordó el Consistorio, serían adicionales al contrato de patrocinio municipal que alcanza los 193.600 euros (IVA incluido) por temporada.

Proyecto frustrado. El Mirandés presentó el proyecto de reforma del estadio el 4 de diciembre de 2023 y, tras no llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento en la cuantía que debía aportar cada uno, decidió dar una rueda de prensa a finales de febrero en la que cargó duramente contra el equipo de gobierno. Su idea era que el club abonara 5 de los 7 millones en los que está tasada la obra y que fuera el Ayuntamiento el que completara esa cifra aportando 2 más sin ningún tipo de fracción a lo largo del tiempo.

A partir de ese día, se produjo un cruce de reproches entre ambas partes y De Miguel dejó caer que se estaba planteando la posibilidad de  «vender el club». Lejos de llegar a un acuerdo en estas semanas, la reunión de ayer volvió a evidenciar la falta de entendimiento para la remodelación de Anduva, un estadio que es propiedad municipal, aunque el Mirandés tiene la cesión del recinto desde 2014.