Un oasis para desconectar

C.P. / Burgos
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Las más fuertes (7) | Gadea Hidalgo lleva más de 20 años jugando al baloncesto y nunca se ha planteado dejarlo. Asegura que hay tiempo para todo y que en la pista se libera de la rutina. Ir a entrenar con el Babieca es un lujo y de lo mejor del día

Gadea Hidalgo, base del CB Babieca. - Foto: Luis López Araico

Gadea Hidalgo lleva desde los 10 años jugando al baloncesto. No sabe muy bien por qué empezó, pero sí está segura de por qué sigue ligada a la pelota naranja superada ya la treintena. «Después del trabajo y la rutina, ir a entrenar es uno de los mejores momentos del día. Es genial para desconectar», asegura esta burgalesa de 33 años, que cumplirá su sexta temporada en las filas del Babieca de Primera Nacional Femenina.

Ha llovido ya desde que empezó en el Loyola siendo todavía una niña. Antes, probó el kung fu y la gimnasia, pero fue el baloncesto lo que la terminó enganchando, tanto que nunca se ha planteado dejarlo pese a las trabas que muchas veces lleva consigo la vida adulta. «Si te organizas, hay tiempo para todo. Se puede trabajar o estudiar y hacer deporte. Nosotras tenemos muy buen rollo, lo pasamos genial y eso hace que no pierdas la ilusión», asegura.

Su trabajo de informática en horario matutino le permite compaginar bien los tres entrenamientos semanales y el partido el fin de semana. Además, tratan de cuadrarlo a horas tardías para que nadie falte a la cita. Estos días está disfrutando del descanso estival, pero pronto comenzará la preparación y las aventuras que siempre traen consigo las nuevas temporadas. El reto para el curso 2023/24 será igualar o mejorar la gran campaña realizada el año pasado, cuando consiguieron meterse en la fase de ascenso.

En los últimos años ha habido un 'boom' de baloncesto en Burgos y se ha notado»

No obstante, reconoce que las aspiraciones del Babieca no son tanto subir de categoría, sino más bien cuidar la cantera. «Creo que hay unas 150 niñas en la cantera, que ya es una muy buena estructura. Nuestro club se basa en dar oportunidades a las jóvenes», señala.

Cuando ella empezó, el deporte femenino no estaba tan en boga y no había tantas niñas apuntadas, pero sí que está notando que «en los últimos años ha aumentado mucho la pasión por el baloncesto entre las niñas de Burgos», más con el 'boom' que ha habido en la ciudad tras los éxitos del San Pablo.  Sin embargo, la base/escolta del Babieca reconoce que las chicas tienden a dejarlo antes que los chicos porque se van a estudiar a otra ciudad o encuentran otras prioridades, pero de momento ella sigue sintiendo la misma pasión que el primer día, las lesiones la están respetando y afronta una nueva temporada con la ilusión de seguir compitiendo.

Por último, admite que le encantaría que hubiera un equipo femenino en la élite nacional, como ocurrió en el pasado, aunque es consciente de que es complicado y se conforma con que alguno de los dos clubes masculinos ascienda a la Liga Endesa. «Es una pena no estar en la ACB con la afición que hay en la ciudad, a ver si alguno vuelve la próxima temporada», concluye.