Ni Las Llanas, ni las Bernardas. Ni siquiera Las Bernardillas. La zona de ocio de la noche burgalesa que más preocupa a la Policía Local es la que conforman las cinco manzanas que van desde la discoteca Kaché hasta el Klymax, pasando por la calle Briviesca. En este último lugar se encuentran dos bares que abren religiosamente a las 6 de la mañana de viernes a domingo. Eso atrae a los jóvenes que rechazan irse a dormir y que ya van cargados de alcohol. Esto deriva en peleas, ruidos y molestias para unos vecinos que ya han manifestado en numerosas ocasiones su hartazgo. Más allá de estos conflictos, el cuerpo municipal se carga de razones con las inspecciones que realiza en estos locales. En menos de un año, ha detectado una veintena de infracciones. 

El año pasado, las peleas en este entorno se dispararon. Se atendieron a 14 personas que se vieron envueltas en estas trifulcas o que fueron agredidas en el entorno de la calle Briviesca y en el exterior de la discoteca Kaché, frente a la Delegación de Hacienda. El responsable de este local, que desde hace un año y medio atrae a multitud de chavales que terminan la fiesta en Las Llanas, siempre ha defendido que los problemas ocurren fuera y que cumple escrupulosamente con los horarios y el aforo.

Pero la Policía Local aclara que esto es verdad a medias. Porque en este tiempo ha levantado actas de denuncia, algunas precisamente por no cerrar a tiempo y otras por no contar con seguridad privada (esta última cuestión, aclaran, ya está solucionada). 

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