En pleno frenesí por ver quién termina la temporada antes, se nos coló en El Plantío un equipo que jugará en la Liga Asobal la próxima temporada, poniendo de manifiesto que para bien o para mal las fiestas y las ferias están aquí ya, aunque queden dos jornadas.

Una visita que nos deja clavada la 'espinita' de saber cómo hubiera sido este encuentro si ambos se jugaran todavía algo, o al menos uno, porque ayer nos encontramos dos equipos decelerando un 'tren de la bruja' en el que ya se han repartido todos los globos.

Por otro lado, ya en 'la casa del terror', esa en la que te encuentras de frente con los peores temores convertidos en minutos de premio para esos jugadores faltos de actividad y actitud durante tantas jornadas te das cuenta de que por algo sería. Nos falta por saber si no encontraron aquí su sitio, si no recibieron el apoyo que necesitaban o si la expectativa los devoró antes de cumplir su misión.

Ya en lo estrictamente deportivo, el partido se jugó en una pista de 'coches de choque' donde el abusón se sabe los trucos para dar el golpe más fuerte sin necesidad de esforzarse. Y, en ese momento, si alguien se monta en un cochecito falto de confianza sale, sí o sí, con latigazo cervical.

De la misma manera, vimos como esto del deporte es una 'montaña rusa', porque conocimos al montar a un Toni Malla de Primera Nacional y tras varios 'looping' regresa a la casilla de salida convertido en un entrenador de élite.

Pero para poner un buen final a esta fiesta no puede faltar el entretenimiento. Ayer se estrenó el animador de la grada, un cidiano de referencia que promete sonrisas y buen rollo para el futuro. Acierto máximo.