San Juan de Dios reconoce una negociación «muy complicada»

B.D.
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El gerente del centro, Juan Francisco Seco, asegura que las conversaciones con la Gerencia regional de Salud continúan, aunque admite que existe «un riesgo real» de cerrar el día 31

La plantilla del hospital está integrada por un centenar de profesionales. - Foto: Luis López Araico

«La situación es muy compleja. Lógicamente no hubiéramos dado el paso de informar a nuestros trabajadores de unas noticias tan duras si no viéramos que existe un riesgo real de que la actividad del hospital de San Juan de Dios finalice el 31 de diciembre». Las palabras del gerente del centro asistencial del paseo de la Isla, Juan Francisco Seco, dejan entrever que la amenaza de cierre está, cada día que pasa, un poco más cerca. Y es que, aunque las negociaciones con la Gerencia regional de Salud no se han cortado y se desarrollan -en palabras de Seco- en un tono cordial y colaborativo, la realidad es que los responsables del hospital ven poco factible llegar a un acuerdo.

La razón es que desde la Consejería de Sanidad no se han movido un milímetro de su posición de rechazo a la exigencia de San Juan de Dios de aumentar en un millón de euros anuales la cantidad del convenio, mientras que desde la Orden religiosa mantienen que sin esa financiación adicional no podrán continuar. «Para asegurar la sostenibilidad del centro nuestros ingresos se deben equiparar a nuestros gastos y necesitamos un millón de euros más al año. El ejercicio de nuestra actividad sanitaria tiene que generar recursos suficientes como para poder dar servicios de calidad, con seguridad y con eficiencia; tener una plantilla de profesionales con contratos estables y con remuneraciones justas; poder  pagar a nuestros proveedores y tener una viabilidad de futuro», explica el gerente.

Seco niega que la situación que han planteado sea un pulso contra Sacyl sino un intento de lograr la sostenibilidad financiera suficiente para poder seguir con el proyecto. En 2019, el centro cerró con un déficit de 700.000 euros y en este 2020 calculan que será de un millón. «Si Sanidad no lo acepta, estamos abocados al cierre», apunta.

Gracias al convenio de vinculación que el hospital mantiene con Sacyl, y por el que forman parte de la red asistencial de la región, el servicio público que prestan supone el 96% de su actividad total. De hecho, el hospital se reformó entre los años 2008 a 2010 para convertirlo en un dispositivo de media-larga estancia y de cuidados paliativos. Según el acuerdo con la Junta, prevé 950 pacientes de hospitalización al año, de los que 600 son de media-larga estancia y geriatría y 350 de cuidados paliativos. «A fecha 30 de noviembre el grado de ejecución de la actividad de hospitalización es del 99,1% de lo que tenemos previsto. En un ejercicio difícil por la pandemia y, pese al encarecimiento de nuestros costes, hemos sido capaces de llevar a cabo toda esta labor asistencial», indica.

No son tan positivos los datos de la otra ‘pata’ del acuerdo, ya que tan solo han ejecutado la mitad de la actividad quirúrgica acordada, algo que -subraya- no es achacable a San Juan de Dios. «Operamos a todos los pacientes que nos llegan, si no operamos más es porque no nos llegan más», se defiende.

En las última semanas la dirección del centro ha mantenido reuniones con los representantes de los trabajadores, con los jefes de los distintos servicios y una asamblea informativa con toda la plantilla para transmitirles la situación y trasladarles que si no hay acuerdo económico, el convenio de vinculación finaliza el 31 de diciembre y la empresa procederá a la presentación de un expediente de despido colectivo por el cese total de actividad. «Estamos preocupados por los trabajadores y por las familias porque todos perdemos empleo. Mantenemos el hilo de esperanza de poder llegar a un acuerdo pero la negociación es complicada».

No hay plan de venta. Juan Francisco Seco asegura que no hay ninguna negociación abierta sobre una posible o futura venta de las instalaciones que ocupan. «No está previsto nada de eso. El hospital se reformó siguiendo indicaciones de los que en ese momento era la autoridad sanitaria en Castilla y León  porque se pidió a la Orden ser un hospital de media-larga estancia y de cuidados paliativos. Para eso se hizo una inversión millonaria y eso es lo que queremos ser. Si no vamos a ejecutar nuestra misión no tiene sentido cualquier otro tipo de propuesta que sea distinta a ésta», aclara, tras insistir en que no hay ningún otro plan que no sea negociar con la Junta e intentar seguir colaborando con la sanidad pública de la región.

Los representantes de los profesionales mantendrán el próximo miércoles una reunión con el delegado territorial de la Junta para analizar la situación.