La irrupción de Gonzalo Corbalán desde finales de 2022 no ha pasado desapercibida para nadie y ya ha habido clubes que han mostrado interés en hacerse con sus servicios pese a tener pasaporte extracomunitario, pero el escolta argentino tiene aún contrato en vigor con el Hereda San Pablo y la intención del club no es solo que no se marche, sino que se convierta en una pieza angular del nuevo proyecto.

A sus 20 años, Corbalán explotó la pasada campaña con la camiseta azulona y el club le ve como un jugador de futuro que puede dar tardes de gloria. De ahí, que su intención sea que cumpla su contrato, un deseo que, en principio, parece compartido por el jugador. «¿Mi futuro? No sé, espero que en Burgos», dijo tras la Final Four.

El escolta argentino, que ha sido vinculado con el Zaragoza, llegó al San Pablo en el curso 2021/22 para formar parte del filial, que compite en la Liga EBA. Su superioridad era tal que todos los partidos acababa con números estratosféricos y se unió muy pronto a los entrenamientos del primer equipo. Durante esos meses, cogió un bagaje importante al entrenar habitualmente con jugadores de ACB y él guarda especial recuerdo de los consejos que le daba Kenneth Horton.

Ya en la campaña 22/23, pasó a formar parte de la primera plantilla en LEB Oro, aunque a Paco Olmos le costó confiar en él, incluso cuando era el mejor en los pocos minutos que disputaba. Su horizonte cambió con la llegada al banquillo de Curro Segura y pasó de estar en la cuerda floja a convertirse en un hombre importante. Se ganó en cariño de la afición con su entrega, su desparpajo y su brutal cambio de ritmo. Por si fuera poco, mejoró mucho su tiro exterior y acabó casi con una media de 10 puntos y 10 de valoración por encuentro. No cabe duda de que tiene un futuro prometedor y el San Pablo quiere que sea en Burgos.