La quema del contenedor con documentos de Aguas de Burgos de la semana pasada fue autorizada por el gerente de la empresa municipal pero «la idea» fue propuesta por el jefe de servicio al que un día antes se le comunicó que dejaría de gestionar todos los contratos de la sociedad. Esa es la explicación que el presidente de Aguas y concejal de Cs, Miguel Balbás, relata que ha recibido  estos días por parte del máximo responsable técnico. Quien, junto a su entorno, insisten en que la destrucción de los papeles se realizó sin malicia y lo justifican en que en estos momentos se está pintando la sede de la plaza España y era necesario hacer hueco en el sótano para llevar allí algunos archivos.

Lo cierto es que ayer Balbás mantuvo una reunión con el letrado del Ayuntamiento en la que se tomó la decisión de «abrir un expediente de información reservada que podría dar lugar a un expediente disciplinario». Sin perjuicio de, más allá de investigar la propia destrucción de los documentos, analizar también si se ha producido algún tipo de infracción desde el punto de vista medioambiental.

La apertura del expediente de información reservada deberá de pasar por el consejo de administración de Aguas para su aprobación, cosa que presumiblemente se producirá el próximo 17 de junio, y conllevará el interrogatorio de todas las personas que participaron en la destrucción de la documentación. El instructor del mismo será el interventor del Ayuntamiento.

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