Los gimnasios se sienten «utilizados» y «desesperados»

L.M.
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Recuerdan su cierre mientras en el resto de provincias con menor incidencia sí podían abrir y recalcan la baja tasa de contagios notificada en sus centros

Las mascarillas y la distancia son medidas obligatorias en los gimnasios. - Foto: Luis López Araico

Desesperación, desánimo, indefensión, rabia... La noticia del cierre de los gimnasios cayó ayer como una losa sobre la moral de los gerentes de los principales centros deportivos burgaleses. Enero es una de las temporadas altas de este sector, cuando muchas personas deciden apuntarse para bajar esos kilos de más ganados con las Navidades. Sin embargo, la Junta anunció ayer, minutos antes de las ocho de la tarde, su intención -a expensas de aprobarlo en la jornada de hoy- de volver a clausurar una vez más, y ya van tres desde marzo, estas instalaciones.

«Es absolutamente desesperante.Nos cerraron solo a los de Burgos cuando estábamos mal mientras que el resto, en mejor situación, podía abrir.Ahora que es al revés nos clausuran a todos a la vez. Nos sentimos utilizados de mala manera», denunció ayer Alberto del Val, del gimnasio de Grandmontagne. La diferencia de trato entre provincias, máxime cuando en Burgos las medidas se prolongaron varias semanas más que en el resto de los territorios de Castilla y León, fue el aspecto que más enfureció a los gerentes. «Me parece injusto desde el punto de vista económico y social», lamentó Víctor Fernández, de Sportia. «¿Por qué a otras provincias se les ha permitido alcanzar cierto nivel de contagios y seguir con su actividad normal y en Burgos nos cortan cuando, de momento, no llegamos al límite?», se preguntó.

En la misma línea se mostró Alberto Calvo, del BeUp, que reiteró los estrictos protocolos y medidas de seguridad que se siguen en el interior de sus instalaciones (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes)