La Junta anunció ayer a las 20.00 horas que a partir de mañana volverá a cerrar el interior de bares y restaurantes, grandes superficies, gimnasios y salas de apuestas de toda Castilla y León «para frenar el avance de la tercera ola de la pandemia». Estas medidas se implantaron el pasado viernes en Ávila, Palencia y Segovia, dado que su tasa de contagio en 7 días rebasaba el umbral que determina el riesgo extremo de transmisión del virus, que son los 200 casos por cada 100.000 habitantes en ese período.

Ahora se extienden a toda la Comunidad, a pesar de que Soria, Zamora y Burgos todavía no han alcanzado esa incidencia acumulada. Esta provincia, de hecho, tiene la tasa de contagio más baja para el período de siete días de toda la región: 172,09 nuevos contagios por cada 100.000 personas según diagnósticos acumulados hasta ayer en los 37 centros de salud de Burgos y 173,9 según información oficial de la Junta. Las medidas tendrán una vigencia de 14 días, siempre prorrogables.

En la última semana (entre el 5 y el 11 de enero, ambos incluidos) se han notificado 504 nuevos positivos en SARS-CoV-2, frente a los 260 de la anterior (la de Nochevieja). Aun asumiendo que en el último balance hay actualizaciones por el cúmulo de festivos y fines de semana, es una obviedad que la movilidad y la celebración de las fiestas ha favorecido la diseminación del virus y un repunte cuya magnitud está aún por determinar:podría seguir aumentando o podría estabilizarse con la vuelta a la rutina y llegar a decrecer.

[más información en la edición impresa]