Leticia Núñez Núñez

Plaza Mayor

Leticia Núñez Núñez


Más educación

21/05/2021

Trozos de uralita por aquí. Una silla de plástico rota por allá. Sacos de cemento. Plásticos. Muchos plásticos. Y azulejos por doquier. Por no hablar de restos de ladrillos y hasta de la tapa de un retrete. Desperdicios que se acumulan delante de nuestras narices como si fuera lo más normal del mundo. Sucede en las Eras de Santa Catalina. Es decir, en pleno casco urbano de Aranda de Duero, a escasos metros de numerosos bloques de viviendas y de un parque infantil. Sucede, además, día sí y día también. Porque el montón, como todo el mundo se puede imaginar, no ha aparecido de la noche a la mañana. Pero ahí está. Ya habrá, incluso, quienes lo hayan asimilado como un elemento más del paisaje. 
Ahora bien, ¿cómo es posible que la gente se comporte de una forma tan sumamente incívica e irresponsable? ¿A qué viene tanta guarrería? ¿Todos esos que arrojan su porquería no se dan cuenta de que están convirtiendo esa zona en un foco de insalubridad y que les puede perjudicar a su propia salud? 
Parece ser que no. Pensarán que allá cuidados, que ‘lo del medioambiente’ es cosa de cuatro verdes y que total ocho tejas rotas y un par de planchas de uralita no le pueden hacer mal a nadie. Mientras algunos cerebros encogen, la escombrera crece y crece, aunque ahora la hierba y las amapolas la camuflen un poco. 
Después, criticarán al Ayuntamiento por no quitarlo. Echar la culpa a los demás resulta muy sencillo. Es más, a la mayoría se le da de vicio, sale de manera natural. ¿Qué es eso de pararse a pensar y reflexionar sobre nuestros propios actos? Uy, uy, qué despropósito. Lo mejor es tirar todo lo que a quien sea le venga en gana, esconder la mano y acusar a otros. Seguro, segurísimo, que tampoco nadie ha visto a ninguna persona en todo este tiempo arrojar ni una sola botella de plástico... Sea como fuere, basta ya de tanta guarrería y, sobre todo, de tanto incivismo. Más sentido común. Más educación.