Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


Secuelas

05/02/2021

Noto desde estas navidades a la sociedad más dividida que nunca; por un lado están quienes cumplen a rajatabla las imposiciones que se nos han hecho; y por otro lado, están aquellos que siguen absortos en sus actividades e intentan darle cierta normalidad a sus vidas, dentro de este desastre, donde las libertades se nos han escapado hace tiempo.
Hay más grupos, pero creo que estos dos son los más significativos, y reflejan la enorme distancia que se va fraguando día tras día en la sociedad, creando distancias intangibles pero reales. Ya no se trata de ideologías, sino de maneras distintas de ver y sentir la vida que antes podían convivir, y que ahora empiezan a enfrentarse.
No sé todavía en qué grupo me encuentro, me gusta pensar que estoy en la resistencia a la espera de una hermosa revolución. Y mientras la revolución llega, he cogido mi pequeña porción de derechos que intentan todavía subsistir, y con ellos me escapo a trabajar, a un bar, a una tienda, a un restaurante, a la peluquería, porque soy consciente de que cada vez son menos las decisiones que puedo tomar libremente sobre aquello que quiero o me apetece. Las restricciones y medidas lo invaden todo, cada detalle, y sus consecuencias son evidentes, estamos avanzando hacia la ruina moral y económica. 
Poco a poco y de forma sutil, se van minando y van desapareciendo nuestras capacidades. Nos estamos transformando en meros esclavos que nos dejamos hacer. Y luego está la peor de las secuelas, la aparición del que yo llamo, ‘el policía de barrio’, ese nuevo fenómeno que está transformando a muchas personas. Yo me lo he encontrado tomándome tranquilamente un café en una terraza, pasando un frío de muerte, pero disfrutando de ese momentito. Y ahí, cuando uno se relaja y comete el error de volver a sonreír abiertamente al mundo; es entonces, cuando este espécimen ataca, y saltándose todas las normas, medidas y distancias de seguridad, se te acerca y te increpa para que te pongas de inmediato la mordaza, devolviéndote a la oscuridad y al silencio. Dejándote muy claro, que nos estamos acercando peligrosamente a la muerte definitiva de la tolerancia y la libertad.