Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Está pasando

15/02/2021

Desde hacía días, en el desayuno de mi casa, una de los participantes no dejaba de insistir en que, contra toda evidencia, ¡ya estaba aquí! A cambio de su comentario, recibía escepticismo a cucharadas como si de cola-cao se tratase. No había ningún indicio, por pequeño que fuera, que respaldase sus palabras machaconas de cada amanecer, que parecían más bien un deseo incontenible. Ciega ante la realidad, o tocada por una intuición superlativa, insistía cada mañana: «Ya está aquí». Y mire usted por dónde, tenía razón: ya está aquí, la primavera digo, obviamente.

Yo lo vi el sábado, o creí verlo al menos. Conduciendo por una carretera al borde del Arlanza, que bajaba oscuro como el Orinoco y rápido como el Yukón, apareció: era un árbol totalmente cubierto de flores blancas. Me fue imposible parar, así que no puedo dar detalles sobre su especie o respecto a si estaba allí de verdad o aluciné. Por lo poco que sé, no debería estar sucediendo algo así, pero por lo que escucho en mis desayunos es algo completamente lógico.  Y no es asunto menor porque llevamos esperando a la primavera ¡dos años! Esto los humanos, el resto de las criaturas del mundo gozaron de la del año pasado más tranquilas que nunca.

Ayer, no tuve más remedio que salir al campo de nuevo a confirmarlo (o desmentirlo). Y lo confirmé. Me acerqué a un lugar perdido entre riscos del que manaba agua sin freno; para llegar atravesé campos verdes de trigo, me arrastré por el suelo para comprobar que, efectivamente, había diminutas flores moradas y blancas luchando por progresar; trepé troncos y contemplé las yemas en las ramas a punto de explotar. Y devoré un sol que, amigo, no era de invierno. Pero, sobre todo, me crucé con gente, a decenas, como nunca. Muchos eran, supongo, exiliados del vermut, que ante el cierre de su refugio dominical se han echado al monte. Otros, tal vez fuesen como yo, incrédulos del desayuno de sus casas que necesitaban tocar el cambio de estación con sus propias manos. Y todos, animales empujados por su instinto en busca de la primavera hurtada en 2020 y hoy más necesaria que nunca.

Esta llegada de la primavera, un hecho ya innegable, le puede parecer una noticia sin importancia pero, en estos tiempos, ¿tiene usted acaso alguna mejor? 

Salud y alegría.