José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


Conectar con la gente

13/09/2022

La vida política ha vuelto a la palestra y amenaza con un otoño de los que recordaremos. Da mucha pereza la reedición de la bronca de siempre y la funesta perspectiva de un invierno que afrontaremos sin la energía a la que nos hemos acostumbrado. Feijóo tiene una lista de cosas que ha ido elaborando en verano pero el presidente va por otro lado. Lo suyo es la 'gente'. Y para acercarse a la 'gente' su equipo de expertos ha discurrido llevarle por España de mitin habiendo empezado por Sevilla hace unos días con unos resultados un poco ambiguos. Muchos partidarios, pero también algunos abucheos y pancartas de rechazo. Para corregir el tiro organizan el acercamiento con el sufrido ciudadano invitando a un grupo de ellos al microcosmos de luz y de color de la Moncloa. Cero riesgo de abucheo. Mi impresión personal es que la cosa no resulta demasiado convincente y los beneficios son cuestionables. Desde luego la trastienda de la reunión con la 'gente' en la Moncloa no ha podido ser más sospechosa. 

Eso de haber elegido a 50 ciudadanos de entre los 250.000 que afirman se han puesto en contacto con el presidente en estos últimos años está un poco cogido por los pelos y con un cierto tufillo a guiso precocinado. La siguiente etapa era Toledo, pero ha sido suspendida por razones de agenda. Quizás hayan vuelto los temores a los abucheos. No obstante, estoy dispuesto a conceder el beneficio de la duda y admitir que su decisión de conectar con la realidad de nuestras calles es sincera. Sólo tendría que moverse unos pocos días haciendo una rutina similar a la que hacen muchos españoles. Podría coger un transporte público, comprar un periódico, entrar en un bar y pedir un café o hacer una compra sencilla en la frutería. Pedir una cita con el especialista de la sanidad pública, dar un paseo por un parque y cosas similares sería suficiente para recoger datos y aterrizar en la realidad de sus conciudadanos. Todo ello con la discreción que permita su cargo y sin la nube de cámaras que acompañan a los personajes públicos. Eso sí sería humanizar al líder. Desde luego mucho más creíble que esas historias de laboratorio medidas al milímetro en las que ni los supuestos ciudadanos corrientes ni el presidente trasladan a la opinión pública la menor credibilidad.