Qué difícil es ganar. En cualquier categoría. Desde la final de un Mundial de fútbol hasta un partido de escolares. Y más difícil de creer cuando un equipo domina el marcador, como ayer Argentina o como le pasó al UBU San Pablo y al Unión Financiera Oviedo.

Llegaban ambos equipos a El Plantío con diferentes expectativas pero el único objetivo de ganar y los dos perdieron. ¿Cómo es posible?

Empezó dominando el equipo asturiano y lo hizo hasta el minuto 40, que no es moco de pavo, gracias a su gran labor defensiva y al liderazgo del eterno, dominador y leyenda Gonzalo Carou. Tuvieron rentas de hasta cinco goles de ventaja, pero el equipo cidiano supo recomponerse, minimizar errores y empatar el duelo tras el descanso. 

Luego fue el momento en el que los de Nacho González sacaron músculo y pusieron el +4 en el marcador. Corría el 15 de la segunda parte y el horizonte era rojinegro. Pero, ¿cómo se cierra un partido? ¿Cómo se gana cuando vas por delante? Lo primero, no cometer errores. Lo segundo, no conceder ocasiones. Y lo tercero, seguir anotando. Para que lo entiendan, sacar el instinto de un depredador. Oler la sangre y acabar con la presa cuando ya está moribunda. 

Vaya por delante que esto no es fácil. Hay factores que todo lo complican: el cansancio, el orgullo del rival, la confianza... Sin embargo, ayer, el UBU San Pablo no supo cerrar el partido, llegó al final por detrás y hubo que empatar para volver a tener una oportunidad. Y la hubo. En forma de lanzamiento desde los siete metros. El resto es suerte, estadística y entrenamiento.