Burgos cuenta con uno de los más importantes museos provinciales de España. No es una exageración. Cuando uno tiene la fortuna de actuar como 'cicerone' de colegas extranjeros vinculados al mundo de la Arqueología y la Historia del Arte es raro no constatar su admiración ante la cantidad de piezas singulares en él custodiadas, algunas de las cuales son referentes a nivel mundial. Si se analizara el número de peticiones de préstamos que tiene esta institución para exposiciones temporales quedaríamos sorprendidos por la diversidad y la importancia de las organizaciones culturales que se hallan detrás de ellas. Lo mismo podríamos decir en relación a los investigadores que anualmente pasan por sus instalaciones para desarrollar trabajos científicos que proyectan el nombre de Burgos internacionalmente.
Pues bien, desgraciadamente, la más que necesaria ampliación de un museo de esta magnitud lleva en dique seco durante varios años a pesar del enorme esfuerzo de sus responsables pasados y actuales. Los mimbres están presentes desde hace tiempo. Se cuenta con los inmuebles necesarios para dar satisfacción a este proyecto y con los diseños museológicos pensados y repensados por los gestores del museo. Ahora sólo hace falta tejer esos mimbres.
Estoy convencido de que los resultados serían altamente satisfactorios. Es imprescindible no dilatar la ampliación de un centro cuyos fondos no hacen más que crecer. Recordemos que el Museo de Burgos es el encargado, por ley, de conservar todos los restos arqueológicos hallados en la provincia desde la época paleolítica. Por otro lado, es necesaria la readecuación expositiva de su notabilísima sección de Bellas Artes.
Preocupan los silencios que en los últimos tiempos se están produciendo por parte de las autoridades administrativas ministeriales y autonómicas responsables de esta institución en relación a las inversiones necesarias que permitirían esta ampliación.
Parece que en estos momentos este asunto no es un tema preferencial en materia de política cultural, lo cual resulta incomprensible, pues creo que debería estar en la mesa de nuestras reivindicaciones como ciudad.