María Vélez

Plaza Mayor

María Vélez


Extraescolares

14/09/2023

¿Cómo no aprender un segundo idioma más allá del horario lectivo? ¿Y practicar un deporte? ¿Cuántas actividades extraescolares son adecuadas? ¿Y si la opción es obviarlas? Preguntas encima de la mesa de cualquier familia cada curso para las que hay múltiples respuestas y circunstancias particulares que condicionan decisiones y hacen más complejo el puzle de horarios y compatibilidades. En la ecuación para la toma de estas decisiones entran muchos factores, ineludibles en más ocasiones de las deseadas, y solo uno debería ser determinante aunque no siempre lo sea: el perfil de cada niño y de cada familia. Todo lo demás, debería ser ruido.

¿Elegidas u obligadas? Mi hijo dice que clasificaría las extraescolares en divertidas y no divertidas, con lo que de entrada hay alguna opción de las que se contempla que parece más impuesta que preferida. Primer fallo, según especialistas en la materia. Es verdad que lo extra debería ser amable, especialmente en este ámbito. ¿Y si el niño demanda todo o justo lo contrario? ¿Cómo marcar el límite? Sucede también que a veces se trata de proyectar en los hijos expectativas de los padres o se concibe una extraescolar como vía para incrementar currículos.

No sé dónde reside el acierto, pero hallar el equilibrio óptimo se antoja complicado si uno atiende a las recomendaciones, trata de compatibilizar su jornada laboral con los horarios de actividades entre hijos y no perder el Norte, priorizando al niño que, ante todo, además de estudiar tiene derecho a descansar y la necesidad de aburrirse. Las extraescolares enriquecen pero también las necesitamos para conciliar, lo que muchas veces se traduce en padres e hijos sorteando los extras que conllevan, muchas veces producto del modelo de sociedad actual, en el que parece hay que aprender de todo y mucho.