María Guerrero

Tribuna Sanitaria

María Guerrero


Entre ‘fobias’ y ‘condrías’

15/05/2024

«Vengo muy nerviosa, doctora», es un inicio de conversación frecuente por parte de una paciente en consulta, ante la suposición de un diagnóstico de enfermedad grave.

Cualquier síntoma o signo que altere el bienestar físico o mental alarma, especialmente si se relaciona con una enfermedad grave o mortal, y el miedo genera ansiedad. El estrés emocional se puede compartir con personas del entorno, quienes en función de sus experiencias previas o sus conocimientos en salud, expresan su opinión, pudiendo tranquilizar o incrementar aún más la angustia. 

La situación se agrava en el caso de los pacientes con hipocondría, con una ansiedad permanente ante el riesgo de padecer o adquirir una enfermedad grave. El sufrimiento que genera el miedo ante la enfermedad convierte la vida en un constante análisis de síntomas y signos, y el autodiagnóstico y el autotratamiento en prácticas rutinarias.

La era digital, lejos de mejorar esta situación la ha complicado aún más. El acceso fácil y rápido a la información en el área de la salud, y la respuesta instantánea a la consulta realizada, facilita el diagnóstico sin necesidad de poseer ningún título universitario. Tan sencillo como leer o escuchar atentamente, e identificarse con la situación, diagnóstico sin espera y tratamiento recomendado, con posibilidad de elección. 

En la era de internet, la hipocondría ha favorecido la cibercondría, que genera una búsqueda imperiosa y compulsiva de enfermedades, diagnósticos o síntomas a través de esta red y origina una sobreinformación sobre los procesos. Otra nueva patología de la era digital.

La atracción que produce el conocimiento y funcionamiento del cuerpo humano ha originado que la fisiología y la patología del mismo sea objeto de opinión y discusión en diversos foros. Cualquier persona que tenga un dispositivo y los conocimientos adecuados para trasmitir información a través de las redes sociales puede convertirse en asesor de salud, y tener más seguidores que cualquier profesional sanitario ampliamente formado.
Según el VI Estudio de Salud y Estilo de Vida realizado por la aseguradora AEGON en el año 2023, más del 52 % de la población española utiliza internet o las redes sociales para autodiagnosticarse, superior al 43,5 % del año 2022. 

La competencia que el Dr. Google establece frente al colectivo médico, puede ser perjudicial para las personas que no saben canalizar la información de forma adecuada. La interpretación anómala de ésta, puede originar que se magnifiquen o minimicen síntomas para conducir a su autodiagnóstico y dificultar el diagnóstico correcto al profesional sanitario. La información es fundamental y necesaria especialmente ante la enfermedad, pero la sobrecarga informativa puede desorientar y obstaculizar la toma de decisiones. Es esencial comprender que la información médica debe ser individual, adaptada, completa y de calidad, y que para ello es preciso una formación cualificada, condición que no se obtiene con una lectura rápida a través de páginas de divulgación médica. 

Ya se ha introducido la inteligencia artificial en el campo de la Medicina… ¿amiga o enemiga? Lo dejo para otro día, que no tengo espacio.