Concha Rollizo

Aguas Abajo

Concha Rollizo


La paz tiene que ser posible

01/11/2023

«Hay un lugar, donde el amor ha perdido. / La belleza se ha ido. / Un lugar sin poesía, sin voz. / Impulsado por gente enferma de odio. / Hay un lugar donde la vida no existe. / Olvidado del cielo, / cavado en la oscuridad. / Ese lugar se llama guerra.»

Nos recuerdo, en estos momentos, el autor o autora estos versos, pero reflejan la crueldad que supone una guerra. Nos preocupa en extremo lo que está ocurriendo entre Israel y Gaza, que más que una guerra es un genocidio por el incontable número de personas inocentes que están perdiendo su vida. 

Como mujer y madre, me hierve la sangre el informe de MSF al reseñar que 50.000 mujeres embarazadas traerán al mundo, en noviembre, esas vidas que no sabemos si llegarán a oír sus primeros llantos; llantos que deberían ser de alegría por la llegada de una nueva vida. O el futuro de esos nacidos prematuramente a causa de los bombardeos y que no disponen de las suficientes garantías de suministro para el mantenimiento de las incubadoras.

Cada vez que se desata un conflicto bélico, me pregunto dónde están los hijos de quienes comandan los ataques desde sus despachos, seguramente a miles de kilómetros.

Estoy convencida de que si estuvieran al mismo nivel de quienes están en primera línea y sus vidas en inminente peligro, los enfrentamientos se solucionarían de otra forma, o mejor aún, no se producirían 

Como ya sabemos, el conflicto entre Israel y Palestina no se ha producido por generación espontánea. Los más de 50 años en los que Israel ha programado de forma sistemática los asentamientos en Gaza, han sido con el único objetivo de ir asfixiando al pueblo palestino, a su aniquilación y su limpieza étnica. Israel no es la voz de Dios por mucho que así lo proclamen ¡maldito su Dios si consiente tanto dolor y muerte!

Traigo aquí, una cita de Julio Anguita: «Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen.»

ARCHIVADO EN: Israel, Palestina, Gaza, Poesía