¡Este biogás lo vamos a parar!

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Doscientas personas protestan enérgicamente en Pancorbo contra la planta de biometano proyectada en el pueblo de Altable. «Defendemos la vida, defendemos la sensibilidad, la riqueza de nuestros valores, lo que somos»

La plaza mayor de Pancorbo acogió la protesta de un par de centenares de vecinos, que consideran una agresión a la comarca en la que viven la proyectada planta de biometano de Altable. - Foto: Valdivielso

Les huele mal, tan mal, que decenas de vecinos de Altable y de otros pueblos del entorno decidieron reunirse en Pancorbo para manifestar, a grito pelado y con pancartas reivindicativas, que están radicalmente en contra de la instalación de una planta de biogás en esta localidad que se asoma a los Montes Obarenes. Indignados y dolidos, los participantes en la concentración celebrada ayer en la plaza mayor pancorbina a la hora del vermú quisieron destacar que la España vacía tiene dignidad, decencia y rebeldía, y que no están en absoluto de acuerdo con convertirse en un vertedero de residuos que se generan en las grandes urbes. 'Larga vida al mundo rural', rezaba una de las pancartas que se blandieron ayer al solete del mediodía en Pancorbo, donde olía la mar de bien: a día precioso de septiembre, a cielo azulísimo, a higos y a uvas de parra, a paz y a armonía.

«Defendemos la vida, defendemos la sensibilidad, defendemos la riqueza de nuestros valores, defendemos lo que somos», proclamó haciendo sonar un cencerro uno de los participantes en la manifestación, en la que se recogieron firmas para exigir que se aborte un plan que en la comarca se considera un peligro. No en vano, manejan datos que intranquilizan a quienes viven en el entorno: aseguran que se trata de una megaplanta de biometano que tratará 200.000 toneladas anuales de residuos y lodos de depuradoras y restos industriales que, para más inri, procederán de otras comunidades autónomas, y que apenas creará puestos de trabajo, que podía ser un argumento a favor. Ni esto tiene, dicen.

Por contra, denuncian que esa plana de biogás provocará daños medioambientales irreversibles en una zona de enorme riqueza en flora y fauna; aseguran que tierras, ríos y acuíferos se verán contaminados. Y peor aún: que las emisiones de ácido sulfhídrico no sólo acarrearán olores fétidos, sino que constituirán una amenaza para la salud de quienes residen en esta comarca a caballo entre Miranda y La Bureba: desde enfermedades respiratorias hasta daños cerebrales. Asimismo, entienden que esto vaciará la ya de por sí exigua población de la comarca, a la que no querrán acercarse ni turistas rurales, ni senderistas, ni nadie.

Las cerca de doscientas personas que se concentraron para protestar por este proyecto no piensan bajar los brazos, y tienen los eslóganes muy claros. Los coreraron durante un largo rato, espoleados por música belicosa, como el Bella Ciao, que dieron a la jornada un toque heroico, resistente, partisano: 'Este biogás huele mal de aquí a Portugal'; 'Dignidad para el mundo rural'; 'Por un futuro limpio para nuestros hijos'; 'Esta planta nos espanta'; 'No somos un vertedero'; 'Este biogás lo vamos a parar'...

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