El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acusado este miércoles al presidente del PP, Pablo Casado, de haber dimitido de su responsabilidad de Estado, que es salvar vidas de españoles, al haber optado por votar "no" a la quinta prórroga del estado de alarma que se dispone a autorizar el Congreso de los Diputados y que, en palabras del jefe del Ejecutivo, representa "los últimos metros", los "últimos pasos" del estado de alarma.
En su turno de réplica a las intervenciones de los grupos en el debate del Pleno del Congreso sobre la ampliación de la alarma, Sánchez ha lamentado que Casado haya decidido cometer un "error histórico" abrazando a la ultraderecha, en lugar de inclinarse por mantener 15 días más las restricciones a la movilidad que impone el estado de alarma, lo que equivale a juicio de Sánchez a "ser útil para los españoles" y "salvar vidas".
Para el presidente, los discursos de Casado y del líder de Vox, Santiago Abascal, ya no se diferencia desde que el PP decidió apuntarse a la estrategia de Vox de "usar el virus para intentar derrocar al Gobierno".
Sánchez se ha referido a tres informes que su Gobierno ha solicitado a lo largo de la emergencia sanitaria a la Abogacía del Estado para sostener su afirmación de que, hoy por hoy, no existe en el ordenamiento jurídico español alternativa al estado de alarma para restringir en todo el territorio nacional la libertad de circulación. Una realidad que, asegura, el PP conoce y por eso apoyó las primeras ampliaciones del estado de alarma.
El rechazo del PP a seguir apoyando la ampliación del estado de alarma demuestra, bajo el punto de vista del presidente, que Casado "ni tiene alternativa ni la ha tenido nunca". "El plan A, la ciencia. El plan B, la superstición", le ha espetado al líder 'popular', al que ha acusado de utilizar "medias verdades" y argumentos bastante "excéntricos" para justificar su "no".
"No hay plan B para limitar la libertad de circulación", ha insistido el presidente, que ha recordado que presidentes autonómicos del PP como Juan Moreno Bonilla (Andalucía); Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) o Fernando López Miras (Murcia) han pedido limitar la movilidad de los ciudadanos para evitar desplazamientos de ciudadanos de otras comunidades a sus segundas residencias situadas en sus territorios.
Por todo ello, Sánchez concluye que el presidente del PP "lo que está haciendo es dimitir de la principal responsabilidad de Estado" que tiene como jefe de la oposición y que es defender la salud pública y salvar vidas de españoles.
En este contexto le ha preguntado a Casado si sabe que está ante la "epidemia más grave que se está produciendo en España en el último siglo" y si le parecen pocos los 27.000 fallecidos, los dos millones de infectados y la situación que tuvieron que vivir los sistemas sanitarios. Y ha aprovechado este punto para recordar al líder de la oposición que esa situación de saturación se vivió "sobre todo en las CCAA gobernadas por el PP".
¿Última prórroga?
Sánchez no ha aclarado en todo el debate si esta quinta prórroga será la última, aunque ha parecido deslizar esta posibilidad en su respuesta al diputado de Compromís, Joan Baldoví, cuando le ha señalado, para remarcar que no entendía el voto en contra de esta formación que hasta ahora les había apoyado, que el Gobierno estaba planteando "la última prorroga de este mes de junio para abordar la desescalada". Fuentes del Gobierno han aclarado posteriormente que el Ejecutivo hoy por hoy no puede adelantar si esta quinta prórroga será la última.
"El ánimo del Gobierno es levantar el estado de alarma en cuanto sea posible, cuando sea lo suficientemente seguro gobernar con instrumentos ordinarios esa nueva cotidianeidad" en la que entrará el país cuando concluya la fase de transición y se entre en la denominada 'nueva normalidad' en la que habrá que convivir con el virus hasta que se encuentre una vacuna o un tratamiento que cure la enfermedad de la COVID-19 que provoca este nuevo coronavirus.
El propio texto de la prórroga que el Gobierno solicita aprobar al Congreso contempla la posibilidad de que haya territorios que para el 7 de junio hayan concluido la fase de desescalada, lo que requeriría que avanzasen en las semanas siguientes más rápido de lo inicialmente previsto, y saltándose los 14 días inicialmente establecidos para pasar de una fase a otra. El Ejecutivo siempre ha justificado el recurso al estado de alarma porque era el único instrumento disponible para restringir la circulación de personas en todo el territorio nacional.
Nueva concesión al PNV
En el debate, Sánchez ha confirmado la intención avanzada la semana pasada por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, de plantear reformas de leyes sanitarias y de la Ley de Seguridad Nacional para poder hacer frente a posibles rebrotes que, "sin duda vendrán", sin que sea necesario recurrir de nuevo al estado de alarma.
Una alternativa de la que recela el PNV, al considerar que podría dar lugar a una recentralización. En su primera intervención, el diputado nacionalista Aitor Esteban ha defendido que ya existen mecanismos de colaboración entre los sistemas sanitarios del Estado, que esta pandemia ha demostrado "que ha habido una coordinación razonable", y que no son necesarios nuevos instrumentos de mando.
Sánchez ha contestado al diputado vasco reconociéndole que le ha encargado a Calvo estudiar "si es necesario o no" reformar esas leyes, y en caso negativo, explorar "qué alternativas existen".
El Gobierno es de izquierdas
Tras las quejas que Sánchez ha tenido que escuchar de algunos de sus socios de investidura, como ERC y Más País, entre otros, por este acercamiento a Ciudadanos, con quien el Ejecutivo ha negociado las dos últimas prórrogas del estado de alarma, el presidente se ha referido a la intervención del diputado de Ciudadanos Edmundo Bal para aclarar que, según la propia formación naranja ha precisado, en este debate no se está hablando de apoyar al Gobierno, sino de proveerle del "único instrumento" que tiene por ahora "para hacer frente con eficacia a la pandemia".
Al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, Sánchez le ha pedido que no le acuse de "querer arrimarse a fuerzas conservadoras" cuando son los republicanos los que gobiernan en coalición el Govern de la Generalitat con Junts per Catalunya. "Nosotros no llegamos a tanto (con Ciudadanos)", le ha espetado.
Sánchez ha reiterado que mantiene sus compromisos de investidura, esto es, la mesa de diálogo sobre el conflicto político en Cataluña que pactó con ERC y que se ha comprometido a retomar una vez alcanzada la nueva normalidad. El presidente ha valorado el diálogo entablado con los republicanos, que quiere "seguir practicando en esta legislatura que tiene cuatro años por delante". Para despejar dudas, el presidente ha reivindicado su "Gobierno progresista, de izquierdas".