Aguas de Burgos no quiere quedarse al margen del multimillonario reparto de fondos europeos y ya tiene listo un primer documento, que deberá depurarse para su envío al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el que se detalla que la sociedad municipal aspira a lograr 10 millones de euros para profundizar en la digitalización e innovación de sus servicios. Dicho de otra manera, para poder extender a toda la ciudad la telelectura de contadores, para incluir tecnología que permita anticiparse a las fugas y reducirlas, para colocar placas fotovoltaicas en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Arlanzón...
El ciclo de agua ha sido incluido dentro de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) y lo que hará la empresa municipal es tratar de lograr la máxima financiación a la que puede aspirar. Para ello ha elaborado un catálogo con una veintena de inversiones que quiere acometer y cuyo coste total asciende a 15,7 millones. Según detalla el presidente de la Sociedad, Miguel Balbás, es probable que sea necesario realizar una criba ya que lo máximo que puede lograr la ciudad en esta convocatoria 10 millones de euros. Se obtendría entre un 60% y un 80% de ayudas con los fondos de Europa y el resto habría que asumirlo con recursos propios.
De las 20 iniciativas que se plantean, la más cuantiosa de todas ellas está valorada en 10,6 millones de euros y tiene como objetivo implantar por toda la ciudad 62.256 contadores de lectura en remoto. En la actualidad este sistema solo está presente en los 1.459 contadores que se implantaron en 2016 gracias a un proyecto piloto con Acciona que se ejecutó en la barriada San Juan Bautista, en Virgen del Manzano y en una zona de Villalonquéjar.
Dentro del listado también figura una inversión de 780.000 euros para la instalación de una infraestructura fotovoltaica en la ETAP. La idea es poder obtener energía para el autoconsumo de la potabilizadora y reducir el actual coste de la factura.
Otro de los objetivos es modernizar las actuales herramientas para la detección de vertidos no autorizados a la red y para identificar a los posibles responsables. Agua estima que precisará de 600.000 euros para la implantación de limnímetros, sondas, biosensores, tomamuestras automáticos...
En materia de fugas también se observa que hay margen de mejora para su detección temprana y automática y aquí se entiende necesario mejorar tanto la instrumentación, instalar más de un millar de localizadores y crear una plataforma que permita realizar «autocorrelaciones y confirmación de fugas mediante análisis acústicos». Aquí, se baraja un desembolso de casi 500.000 euros.
En unas cantidades muy similares (unos 525.000 euros) se situaría el proyecto para monitorizar la calidad del agua desde el momento de la captación en el embalse pero también al entrar y salir de la potabilizadora, de los depósitos y en otros puntos estratégicos de la red.
Junto a estas iniciativas se incluyen otras en materia de ciberseguridad (300.000 euros), para un sistema de videovigilancia (250.000) o el deseo de que se pueda pagar con fondos europeos la futura aplicación informática a implantar en la Sociedad (987.000).