«Que pacientes te animen a seguir con la ciencia es lo mejor»

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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12 meses con nombre propio | Abril: Javier Blesa. Biólogo burgalés, firma un estudio que prueba que se puede abrir la capa protectora del cerebro en macacos, sin daños, y administrar fármacos en áreas concretas

Javier Blesa, biólogo burgalés. - Foto: Alberto Rodrigo

Un protagonista por cada mes. Una historia de éxito, de superación o de lucha detrás de cada rostro. Representan a muchos más, a todos los hombres y mujeres que llevan el nombre de Burgos por bandera y que nos mejoran como sociedad. '12 meses con nombre propio' es el anuario humano de Diario de Burgos de este 2023. En abril el protagonismo es para... Javier Blesa.

Javier Blesa tiende a quitarse importancia, pero acaba admitiendo que algunas facetas de su vida sí han cambiado «un poco» desde el pasado abril. Para empezar, el Gobierno de España ha renovado la beca de este biólogo y bioquímico burgalés que trabaja en el Centro Integral de Neurociencias de HM Hospitales, en Madrid; hay farmacéuticas que ahora llaman al equipo del que forma parte para colaborar; en foros a los que antes acudía como oyente ahora es conferenciante; y, lo que él considera más importante: las personas con párkinson que conocen su trabajo, le animan. «Que los pacientes te den ánimo y te digan que, venga, que sigas haciendo ciencia es lo mejor de mi profesión», afirma. 

Abril es el punto de inflexión en la carrera científica de Blesa porque fue entonces cuando la revista especializada Science Advances publicó una investigación que firma como autor principal, junto a su compañero José Ángel Pineda-Pardo. En ese trabajo, el equipo demostraba que es posible abrir con ultrasonidos de baja intensidad la capa de vasos sanguíneos que cuida del cerebro (la barrera hematoencefálica), de forma temporal y sin lesión alguna, para administrar fármacos en zonas concretas y tratar así enfermedades neurodegenerativas como el párkinson. Es decir, probaron que la protección del cerebro se puede traspasar sin daños y que los fármacos llegan al punto que interesa tratar. Y, más relevante, evidenciaron que la técnica también era viable en animales grandes; en concreto, en macacos. «Solo eso es un éxito», dice el científico, afirmando que la publicación tuvo «mucha visibilidad; nos superó el tirón».

Ahora queremos meter en el cerebro algo que cure esas neuronas que se mueren en enfermos de párkinson»

Esta técnica solo la practica en España el grupo del que Blesa forma parte; investigadores que ahora tratan de dar un paso adelante e introducir algo terapéutico: «Queremos meter algo que cure esas neuronas que se están muriendo en la enfermedad de Parkinson, que es a lo que nosotros nos dedicamos, o en cualquier otra», aclara. Para ello, necesitan una molécula con unas características muy concretas y que todavía no existe. «Nosotros no fabricamos, la molécula que metimos para el estudio nos la pasaron desde Japón unos colaboradores que ahora diseñan la que creemos que puede funcionar», cuenta, aclarando que debe tener un tamaño concreto para entrar en el cerebro y, además, demostrar eficacia terapéutica y seguridad para el resto del organismo. 

La tarea es ardua y Blesa no oculta que llevará tiempo, pero pasión y ganas no le faltan. «La profesión es una pasada. Intentar curar una enfermedad como la de Parkinson es ciencia del más alto nivel, aunque suene presuntuoso decirlo», concluye.