Al sonar la alarma de la residencia de ancianos, los vecinos más próximos se aproximaron al centro para ver qué ocurría y observaron que salía humo por una ventana. Nada bueno auguraba tal imagen. Los primeros en llegar fueron el alcalde, Manuel Revilla, y otro habitante de la localidad, Ángel Salvador Mata, que se pusieron manos a la obra para evacuar a los ancianos, la mayoría de los cuales «estaban en sus habitaciones, pues muchos tienen movilidad reducida». Nada más entrar al edificio ya observaron que moverse por él «iba a ser complicado incluso con mascarilla». «Por supuesto, en la zona en la que se produjo el fuego era imposible pasar, el humo lo invadía todo y el ambiente no se podía respirar», comenta el regidor municipal.

Para sacar a todos los residentes al exterior tuvieron trabajo, porque  la mayor parte de las plazas son de asistidos, de manera que «no se pueden mover y había que ayudarlos para todo, lógicamente». «Muchos de ellos estaban nerviosos, porque no sabían lo que sucedía ni a dónde los iban a trasladar», afirma Manuel Revilla.

La Corporación municipal del pueblo lamentó ayer el trágico suceso y envió su «más sincero pésame y condolencias a los familiares de los fallecidos». Dieron las gracias al «Cuerpo de Bomberos, por su rápida respuesta, a la Guardia Civil, Cruz roja, y demás organismos colaboradores». También agradecieron  el esfuerzo al delegado de la Junta, Roberto Saiz, «por su excelente coordinación desde el primer momento», y a Isabel Blanco, consejera de Familia que se desplazó desde Zamora. E hizo mención  también al alcalde y a Salvador Mata, así como a los trabajadores de la residencia, «que fueron los primeros en llegar y a través del humo se desvivieron en evacuar y poner a salvo al resto de residentes».