Dos horas de máxima tensión

F.L.D.-I.E. / Burgos
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Falsa alarma en Alcampo al ver por las cámaras a un hombre dejar en el exterior una bolsa sospechosa junto a un cuadro eléctrico. La Policía activó el operativo y desalojó el centro comercial hasta que los Tedax comprobaron que la olla estaba vacía

Un aviso de un ciudadano a eso de las 19 horas de ayer levantó las sospechas de los empleados de  seguridad del Centro Comercial Camino de la Plata. Les informaba de la existencia de una bolsa de plástico junto al cuadro eléctrico de la fachada aneja al parque de la calle San Roque. Uno de los trabajadores se acercó y observó en el interior una serie de utensilios de cocina, entre ellos una olla cerrada. Tras dar aviso a la Policía Nacional, revisaron las cámaras.

Dada la peculiaridad de la escena visionada, y teniendo en cuenta la situación de alerta terrorista, la Comisaría decidió desalojar el complejo y acordonar la zona ante el riesgo de que pudiese ser un artefacto explosivo. Al lugar se acercó un equipo de los Tedax de Valladolid, que descartó que se tratara de una bomba.

Lo que observaron en las grabaciones fue a un hombre con una bolsa de plástico blanca entrar en el interior del centro. Tras unos minutos, salió y se dirigió hacia la fachada lateral, donde dejó la bolsa junto a los transformadores eléctricos para después marcharse. Al no ser una actitud normal, y dado que la olla estaba cerrada, decidieron activar la llamada 'circular 50', el protocolo habitual cuando hay riesgo de atentado terrorista, y desalojar de manera urgente, pero ordenada, todo el recinto.

Un policía nacional trata de alejar a los curiosos del centro comercial poco después de decretar el desalojo.Un policía nacional trata de alejar a los curiosos del centro comercial poco después de decretar el desalojo. - Foto: Alberto Rodrigo

Rápidamente, fueron comunicando a clientes, empleados y comerciantes del centro la necesidad de evacuar el edificio sin informar el motivo para no crear escenas de pánico. No las hubo, el personal salió progresivamente y en cuestión de diez minutos quedó completamente vacío.

En el exterior, empezó a correr el rumor de que había un aviso de bomba. Reinaba, sobre todo, el desconcierto. Clientes con carros llenos, familias, trabajadores con sus respectivos uniformes y en manga corta. Muchos de ellos, habían dejado sus coches y pertenencias en el interior (...).

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