El San Pablo tiene un plan

C.P.
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El objetivo es llegar al 100% al play off y Dani Hernández, preparador físico azulón, lleva meses trabajando en ello. Antes de recibir al Palencia, el equipo de su ciudad y en el que estuvo 8 años, hace un repaso de la actualidad de la plantilla

Dani Hernández (d.) charla con Curro Segura antes de un entrenamiento. - Foto: Jesús J. Matías

La figura del preparador físico cada vez cobra más importancia en el deporte profesional y todos los equipos diseñan un programa para tener picos de forma en los tramos decisivos de la temporada. El Hereda San Pablo tiene claro que es vital llegar al 100% al play off y a la hipotética Final Four, por eso Dani Hernández, su preparador físico, lleva meses trabajando en un plan para que la plantilla esté a tope a finales de mayo.

En las primeras jornadas de la campaña, ya se vio que el San Pablo no lucharía por la primera plaza, así que el planteamiento cambió para que el equipo llegara bien al play off. Después, firmó Curro Segura como entrenador en diciembre y con él aterrizaron en febrero tres nuevos fichajes: Khyri Thomas, Carlos Suárez y Ioannis Kouzeloglou. «Nos ha tocado reprogramar. En diciembre empezamos nuestra pretemporada particular y con la llegada de los fichajes ya sabíamos que iba a haber esta montaña rusa», cuenta Hernández, que confía en que en un par de semanas todas las piezas vayan encajando.

A pesar de que el San Pablo se está jugando el 'factor cancha', Hernández asegura que es el momento de «no correr riesgos» y confiar en el proceso: «Estamos en construcción. Quizá no se entienda desde fuera, pero no hay que correr riesgos a corto plazo. Hay que ir limando estados de forma, roles y estar bien cuando queremos estar bien. La notas nos las van a dar en junio».

Eso no quita para que los burgaleses planten cara a sus rivales, aunque todavía no estén en el momento de forma ideal. La idea es, como no puede ser de otra manera, luchar por hacerse con el 'factor cancha' y no renunciar a ningún partido. «Hay que empezar a transmitir el equipo que vamos a ser en unas semanas», comenta.

Una de las claves será recuperar a los lesionados e incorporar a los últimos en llegar. Para lograrlo, el cuerpo técnico está yendo con pies de plomo. «Hay que correr pocos riesgos. Desde que llegaron los fichajes, asumimos que llevaban tiempo sin jugar y hay que regular las cargas sin poner muchos minutos en el resto», analiza.

Esa política de minimizar riesgos se ha seguido con Luka Rupnik y también con Mindaugas Kacinas. «A Rupnik no quisimos forzarle contra el Albacete y ahora está bien, aunque le vamos regulando en algún entrenamiento. Por su parte, Kacinas podría haber reaparecido antes de Cáceres, pero necesitamos a los 13 al 100%. En un play off o en una Final Four hubiesen jugado», comenta.

Antes de que llegue el final de mayo, el San Pablo debe afrontar seis jornadas de la fase regular y el primer desafío será este sábado contra el Zunder Palencia, segundo clasificado a una victoria del liderato. «Para ellos es una final, pero para nosotros también es importante ganar. No veo un favorito», dice Hernández, que se enfrentará al club de su ciudad y en el que estuvo trabajando casi una década.

Sin ir más lejos, estaba en el banquillo del Palencia cuando el San Pablo ascendió en Villamuriel y ese mismo verano fichó por el conjunto burgalés para dar el salto a la ACB. «Epi contactó conmigo. Era un salto de calidad y de proyecto», recuerda.

Para Hernández, el choque ante el Palencia siempre será «especial» y reconoce que esta temporada le ha sorprendido el rendimiento del equipo. Cree que también sus paisanos están algo asombrados. «Después de ganar las finales de Copa Princesa y de ascenso, la gente quedó un poco desilusionada por no poder ascender, pero se ha ido reconstruyendo el proyecto. Creo que no esperaban que tuviera, junto con el Andorra, tanta diferencia respecto al resto, pero yo sí le veía en el 'top 5'. Es un derbi y eso siempre es bonito. Puede pasar cualquier cosa».