Los beneficiarios del bono social se disparan en Burgos

L.M.
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El Gobierno ya ayuda a pagar las facturas a 12.216 burgaleses que considera en una situación de vulnerabilidad severa. Son un millar más en comparación con hace tan solo un año

Labores del hogar como la plancha consumen mucha luz. - Foto: Valdivielso

El estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia en febrero de 2022 y las sanciones internacionales de todo tipo al gigante euroasiático provocaron un auténtico terremoto energético. En apenas unos días el precio de los combustibles, la electricidad y especialmente el gas natural se desbocó de forma nunca antes vista. Este incremento de las facturas pilló a los burgaleses en plena escalada inflacionista, lo que ha motivado un incremento hasta la fecha insólito de usuarios del bono social y del bono social térmico.

De los cerca de 11.000 beneficiarios que tenía el Gobierno en la provincia de Burgos hace un año se ha pasado a los 12.216 con los que terminó el 2022. Acostumbrados a vaivenes de apenas unas decenas o centenares de usuarios, la subida de más de un millar es extraordinaria. Estas herramientas permiten, por un lado, beneficiarse de un descuento en la factura eléctrica y, por otro, entrar dentro de un programa de ayudas para compensar los gastos ocasionados a los consumidores más vulnerables por el uso de la calefacción y el agua caliente o cocina. Este último se obtiene de forma automática al percibir el primero.

«Desde que empezó a subir el precio de los suministros hemos atendido más peticiones de lo habitual», reconoce Lourdes Viñé, trabajadora social de Cáritas en Gamonal. La oleada de interés ha surgido especialmente desde el otoño, tanto en personas que conocían estos bonos como en otras que, ante las desbocadas facturas, acudían a Cáritas para conocer el porqué de esa subida. «En los últimos meses los ciudadanos han sido más conscientes y quien ha podido beneficiarse lo ha solicitado», recuerda. Aunque llevan años atendiendo a personas en situación vulnerable, hasta la fecha nunca habían recibido tantas solicitudes de información acerca del bono social. «Algunos podían optar a él desde hace tiempo, pero al tener un consumo muy bajo en sus hogares, no lo disfrutaban», apunta Viñé.

A nivel regional, en Castilla y León son casi 100.000 los beneficiarios de esta herramienta (97.967 en concreto) con Valladolid (18.437), Salamanca (18.321) y León (15.497) como principales focos al ser las provincias más pobladas. En el conjunto del territorio nacional son más de 1,3 millones de personas las que tienen en vigor en estos momentos descuentos en sus facturas mensuales. «Es una rebaja muy considerable», reconoce.

Todo tipo de beneficiarios. Aunque no existe un perfil tipo del burgalés que disfruta en estos momentos del bono social, desde Cáritas apuntan a que el encarecimiento de la energía ha abierto mucho el abanico de perceptores. Pensionistas con rentas muy bajas y que a duras penas llegan a final de mes, parados sin ingresos económicos, desempleados de larga duración a los que se les ha agotado la prestación, ciudadanos que perciben el Ingreso Mínimo Vital u otros con la Renta Garantizada de Ciudadanía (la que concede la Junta de Castilla y León) son algunos ejemplos.

La proporción entre los usuarios españoles y los extranjeros se mantiene, aunque tal y como advierten desde la organización adscrita a la Iglesia católica en España para la acción caritativa y social, las personas en situación irregular no pueden acceder al bono social. «El número crecería aún mucho más», indican.

Buena parte de los nuevos beneficiarios lo solicitan cuando vencen sus contratos en vigor. Apuntan desde Cáritas que la finalización de los vínculos entre las compañías suministradoras y los clientes no siempre están claros, por lo que en ocasiones los recibos se disparan sin que el usuario se dé cuenta hasta que abre la carta. «Nos hemos encontrado con facturas de hasta el triple de lo habitual. Cuando pasa esto enseguida tramitamos el alta del bono social o los solicitantes se acercan a la empresa comercializadora a pedirlo», afirma Lourdes Viñé.

En relación con el bono social térmico, en Castilla y León hay 88.000 hogares que se benefician del mismo, 6.000 más en los últimos doce meses. Son unos 9.000 menos que los del bono social eléctrico. Los que residen en Burgos reciben la cuantía máxima, cercana a los 700 euros, por estar catalogada como una de las zonas más frías.