Mayor vigilancia en el Castillo y el Andén 56 en Semana Santa

F.L.D.
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La Policía Local redoblará los controles durante estos días festivos al ser los dos principales lugares en los que se juntan los jóvenes para beber en la calle

La Policía Local intensificará la vigilancia en el Castillo y el Andén 56. - Foto: Jesús J. Matías

Los estudiantes tienen por delante ocho días de vacaciones y, seguramente, buen tiempo. Casi con total seguridad, muchos de ellos subirán a las laderas del Castillo para celebrar los días sin clases entre risas y cachis de calimocho, cerveza y alguna que otra bebida etílica. También habrá conciertos y fiestas programadas en la sala Andén 56. Todo ello lo sabe la Policía Local, que ha conformado un dispositivo de seguridad para vigilar la ingesta de alcohol en la vía pública, con estos dos entornos como principales focos del botellón en la ciudad. 

Según informa el intendente jefe del cuerpo municipal, Félix Ángel García Llorente, desde ayer y hasta el próximo domingo se van a incrementar las patrullas para controlar el botellón en todo el parque del Castillo, el entorno de San Esteban y Eras de San Francisco. También Venerables y el Parque del Doctor Vara. La vigilancia se extremará especialmente en fin de semana y en vísperas de festivo, aunque serán dinámicas. 

También harán, además, controles con agentes de paisano en las puertas de supermercado y tiendas de bebidas alcohólicas para evitar la venta a menores de edad. En estos lugares también se comprobará los DNI de quienes porten bolsas. 

El otro emplazamiento en el que la Policía Local incidirá será el Andén 56 (el Hangar), donde están programadas varias fiestas y conciertos donde se prevé una gran afluencia de gente joven. Según reconoce el responsable del cuerpo municipal, en los últimos meses se acumulan más chavales en este entorno que en el Castillo, básicamente porque se aprovechan los momentos previos a la celebración de eventos para consumir alcohol. 

A partir del lunes, está previsto que la nueva Policía Local tenga ya engrasada la maquinaria tras su última reorganización, que comenzó en marzo. Estos cambios implican el refuerzo de la vigilancia de jueves a sábado. Algunas zonas de copas se han vuelto muy conflictivas desde hace un año a determinadas horas. Es el caso de la calle Briviesca, donde dos bares abren a partir de las 6 de la mañana y hacen las veces de 'after' que absorben toda esa clientela que rechaza irse a dormir. 

En este entorno, y también en el exterior de la discoteca Kaché, se producen cada fin de semana numerosas peleas y agresiones.   De ahí que los efectivos policiales acudan cada sábado y cada domingo para controlar los horarios de cierre y evitar que se produzcan altercados graves. Las quejas vecinales son cada vez más evidentes, sobre todo en Briviesca, donde se acumula más basura, suciedad y ruidos. Las riñas aquí se han llegado a producir más allá de las 12 del mediodía.