Las últimas lluvias y las temperaturas bajo cero no le han sentado bien a la plaza de Santiago. Las grietas de la superficie no solo han crecido a lo largo sino también a lo ancho desde la finalización de las obras de remodelación en septiembre de 2021. El agua retenida y las heladas han acabado deteriorando más el aglomerado asfáltico hasta el punto de que el algunas zonas las fisuras tienen cuatro e, incluso, seis centímetros de ancho. Lo denuncian los propietarios del aparcamiento subterráneo y lo puede comprobar cualquier persona que se pasee de forma habitual por este espacio público.

La imagen de deterioro va en aumento, dado que los huecos dejados por las fisuras se han llenado de suciedad y colillas de cigarrillos. Además, hay zonas en las que se ha resquebrajado el asfalto creando pequeños abultamientos. Mientras persisten cuatro goteras en el estacionamiento y los usuarios están perdiendo la paciencia al ver cómo la solución se dilata en el tiempo. También lamentan que no se hayan repuesto los árboles que se secaron ni se haya cerrado la zanja que se abrió para la realización de las catas que sirvieron de base al informe externo que el Ayuntamiento encargó para determinar si el proyecto y la ejecución de las obras fueron correctas y que concluyó que fue así. 

No obstante, la Junta de Gobierno Local aprobó ayer la declaración de lesividad de la recepción de las obras de remodelación de la plaza en septiembre de 2021 al «no corresponder con lo contratado» (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy viernes o aquí)