Se puede decir que la Policía Local hizo un 'completo' en la intervención que llevó a cabo hace algunas semanas en un establecimiento de la Llana de Afuera. La dotación acudió a requerimiento de un particular que se había percatado de la presencia de menores de edad en un local de esta zona de ocio de la ciudad. Tras llamar al servicio de emergencias de Castilla y León 112 se presentaron allí varios agentes, que terminaron denunciando a la dueña del establecimiento por superar el aforo permitido y también por utilizar un equipo musical paralelo porque el 'original' había sido precintado con anterioridad.

Lo primero que llamó la atención de los policías locales que se desplazaron hasta el lugar fue el gran volumen al que sonaba la música, ya que se oía desde fuera del bar. Tras entrar en el establecimiento se dieron cuenta de que había demasiada gente dentro para el espacio del que dispone el local y que una parte de los clientes parecían ser menores de edad, extremo éste que corroboraron después al pedir el carné a los presentes.

Los agentes revisaron la documentación del negocio y vieron que el aforo máximo estaba situado en 50 personas, pero ellos contabilizaron 67, incluyendo dos empleados que se hallaban en el interior de la barra.

En un vistazo general de la sala vieron que por las mesas había numerosas bebidas, entre vasos de cubata y botellines de cerveza. Para comprobar que los trabajadores habían despachado alcohol a los menores, se entrevistaron con dos chavales -uno de ellos con una copa de ron con cola-, quienes manifestaron que las bebidas se las habían suministrado los empleados del local.

Tras dar fe de que había menores dentro, los agentes pasaron al asunto de la música. El equipo original se hallaba precintado desde finales de noviembre de 2021 por mandato municipal, pero en el local había sendas barras de sonido en la parte posterior de dos televisores planos en un extremo del local, en los que sonaban canciones a todo volumen. No era la primera vez que se saltaban a la torera la restricción pues el bar ya había sido informado de dos incumplimientos con anterioridad. En uno de ellos un 'DJ' pinchó música desde un ordenador.

De manera que lo que iba a ser una actuación por venta de alcohol a menores se convirtió en una intervención con múltiples denuncias. Por cierto, la Policía Local dio aviso a los padres de los menores de edad, a quienes relataron que sus hijos se encontraban en el establecimiento, si bien los progenitores les comentaron que los chavales ya les habían avisado de lo que sucedía.