El ganadero menés Doroteo Braceras, quien el pasado miércoles se confesó culpable de la muerte del abogado vizcaíno José Javier Ezkerra Uriarte, Txetxu, ante la juez del Nº6 de Guecho reveló todos los detalles de lo sucedido aquella noche. Según manifesron fuentes próximas al ganadero a DB, éste indicó a la juez que la muerte de Txetxu, de 49 años y padre de dos hijos, se produjo en la granja de Berrandúlez, en el Valle de Mena, donde guardan parte de sus reses. Pero la noche del fatídico 15 de febrero la pasó dentro de un remolque para animales junto su casa, en la localidad de Arza, y fue en la mañana del día 16 cuando «en solitario» lo escondió en el monte de la Engaña, donde ha aparecido.
Según las mismas fuentes, Doroteo Braceras, de 50 años, sostuvo que «se sintió engañado y estafado» por el abogado vizcaíno y eso desencadenó una disputa que acabó con la muerte violenta del segundo. El ganadero sostuvo que él y su hermano firmaron un contrato con el abogado en enero, en el que «se comprometían a devolver en 15 años la cantidad de 480.000 euros» que Ezquerra y dos personas más les prestaron para ejercer su derecho al retracto y adquirir el monte de Berrandúlez, de 267 hectáreas, donde pastaban sus reses. Asimismo, indicó que el acuerdo pasaba porque las ganancias obtenidas de la explotación del terreno como coto de caza durante los diez primeros años serían para el abogado y en los cinco siguientes las compartiría con los hermanos, que podrían seguir disfrutando en todo el tiempo de los pastos.
El autor de la muerte indicó que el abogado les pidió ese primer contrato para hacer una gestión y que el fatídico 15 de febrero trajo «otro distinto» para que lo firmaran. Se sintió «engañado y estafado», porque en ese contrato aparecía que «solo podían disfrutar de los pastos dos años a cambio de una renta de 12.000 euros anuales».
Tras comer juntos en Villasana acudieron a la granja de Berrandúlez para que allí firmara su hermano José Ángel que iba a dar de comer a los animales y durante la espera Teo Braceras declaró que intentó romper el contrato. En el forcejeo para impedirlo, fue cuando Ezquerra cayó contra una puerta y se dio un fuerte golpe, pero el ganadero admitió que siguió golpeándole contra el suelo. Las primeras impresiones de la autopsia realizada en Burgos, a falta del informe final, indican que se trató de «una muerte violenta y traumática» y fuentes cercanas a Txetxu sostienen que «la autopsia parece dejar claro que no fue un accidente».
El autor confeso declaró que estaba solo en el momento de la muerte y que poco después llegó su hermano, quien le ayudó en la operación de cubrir al abogado con sacos de plástico, depositarlo en el remolque de su todoterreno y trasladarlo hasta la casa de Teo en Arza, donde pasó la noche. También le acompañó hasta Laukiz para llevar el todoterreno del abogado que apareció en llamas a las diez de la noche.
Fue en esa operación cuando el cuerpo del abogado se apoyó contra un hacha y una azada, en la que se hallaron restos de su sangre y que invitaban a pensar en una muerte muy diferente. A las seis de la mañana del 16 de febrero, con 40 centímetros de nieve en La Engaña, Teo Braceras dijo haber llevado él solo a Ezkerra hasta la sima, deslizando el cuerpo sobre la nieve e introduciéndolo en posición vertical en una grieta que tapó con piedras y tierra. Esos materiales los retiró el miércoles hasta que se vislumbraron los sacos y a partir de ese momento el rescate del cuerpo lo realizaron especialistas de la Guardia Civil.
Mienten
Frente a esta versión, el entorno más cercano al abogado defiende que «solo hubo un contrato privado de reconocimiento de deuda». Aseguran que el que se firmó en enero fue extraviado por el abogado e incluso sospechan que se lo sustrajeron los propios ganaderos e insisten en que el día 15 de febrero llevó el mismo para su firma. Ese documento tampoco ha aparecido, pero se conserva su contenido en un ordenador del despacho de la víctima. «Hay datos suficientes para saber que están mintiendo», indican sus allegados. Este contrato plantearía que la devolución del préstamo se iba a realizar con el traspaso de la propiedad de la finca a Ezquerra y el pago anual de 12.000 euros por los pastos.
Ahora, los dos ganaderos en prisión desde el 9 de marzo, podrían ser los propietarios legales del monte, tras haber consignado el dinero en el juzgado, pero no hay ningún documento firmado que de fe del préstamo que recibieron del abogado y dos socios.
Amigos y familiares se sienten muy «orgullosos» de la operación de búsqueda de Txetxu que protagonizaron 500 personas el pasado día 5 y aseguran que el anuncio de una nueva búsqueda en la Engaña fue detonante para que los dos hermanos solicitaran declarar ante el juez. DB ha podido saber que las fuerzas de seguridad admitieron el miércoles que hubiera sido «muy difícil» encontrarle.