Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


En la victoria y en la derrota

11/02/2021

Epi, Romay, Iturriaga, Fernando Martín, Corbalán y algunos más de cuyo nombre no me acuerdo -que me perdonen- jugaron el último partido de baloncesto que recordaba haber visto entero antes de la pandemia. Así que mis amigos me miraban raro el otro día cuando pregunté si de verdad se iba a jugar la prórroga en un encuentro que ni era una final ni nada. Ni idea de lo que era una técnica, ni una antideportiva y, a ver, voy aprendiendo sobre la marcha, también me estoy poniendo al día con el campo atrás o el 2+1 mientras, simplemente, disfruto.
Más o menos por esas fechas de aquel primer dream team español vi por primera vez -y no fue la última, lo confieso- Sonrisas y Lágrimas. Y ahora que se ha muerto Christopher Plummer me he vuelto a acordar: cómo de buenos tenían que ser para conseguir enamorar al público con algo que sobre el papel le pudo provocar un buen ataque de risa a algún productor: una peli musical, protagonizada por una novicia y un capitán austríaco rancio y con tropecientos hijos que cantan, sufren, cantan, se enamoran, cantan y huyen de los nazis. Y oigan, funcionó.
Los proyectos que parecen descabellados no solo necesitan ilusión: el presupuesto ayuda, pero lo que son imprescindibles son el talento y el trabajo duro. Detrás de esa sonrisa contagiosa de McFadden y cada uno de sus compañeros del San Pablo posando con la copa Intercontinental hay, seguro, horas y horas de entrenamiento, mucha planificación, tiempo robado al sueño y más kilómetros que la furgoneta de Camela. Che, qué bueno que ganaron.
Me da la impresión -repito, no tengo ni idea de deportes- de que hay equipos que están por encima de las victorias y las derrotas. Por su actitud ante estas últimas o por el apoyo incondicional de su afición. El caso es que, como dicen ellos mismos, ya han llegado a la Copa y eso es algo que nunca había pasado: ganando un solo partido batirían su propio récord. Si pierden, ojalá no, no habrán perdido del todo. ¿Cómo era aquello? La vida puede ser maravillosa.