Pues que hace casi dos meses les dejé por aquí con la idea de que, tanto ustedes como yo, descansáramos aprovechando lo solariego del verano, ansiosos de que la tranquilidad y el dolce far niente nos abrazaran en perdidas playas paradisíacas, bucólicos bosques o jardines poco concurridos. Y así, con esa idea, transcurría ociosa la canícula, entre barbacoas, festivales y piscinas. Y como bien dice mi argentino de cabecera Jorge Pinarello, todo iba relativamente bien hasta que todo comenzó a ir relativamente mal.

Un chef e influencer de rubia melena al viento, hijo y nieto de famosos actores, aprovechó una escapada a uno de esos paraísos artificiales que tanto abundan para descuartizar a un presunto amigo o amante, dejando el ticket de compra de sus herramientas de descuartizar en una de las bolsas en las que intentó deshacerse de ellos y que, a la postre, sirvió para delatarlo y allanar así el camino de su detención, reclusión y futuro enjuiciamiento. Y en las teles hablaron de ello, claro.

Hasta que, en otro lugar de ensueño, al otro lado del mundo, un grupo de aguerridas mujeres ganaron un trofeo que nunca antes habían ganado, y que quizá muchas jamás soñaron con ganar. Y el gerifalte de aquellas muchachas felices demostró su propia alegría al mundo entero cogiéndose la entrepierna en un palco que compartía con la Reina, achuchando sin pausa a cada una de ellas, envenenado de felicidad, hasta que a una de ellas en particular le ofreció un no requerido pico. Pico que, visto lo visto, acompañaba a la pala con la que ha enterrado su ya de por sí rocambolesca carrera como gerifalte de eso del balón. Y en las teles lo hablaron, cómo no.

Luego llegaron anunciados temporales inesperados, y gente que se ofendió porque en algunos lados no llovió tan catastróficamente como les habían profetizado sus coartadores de libertades de turno. Y se murieron dos grandes damas; una, de la información y de las mañanas; la otra de la canción y del desengaño. Y se crearon polémicas a su alrededor, y en las teles se habló de ello, y aún se habla.

Y todo esto en un periodo en que se supone que aquí nunca pasa nada. Y sin siquiera meterme en política, así que vayan agarrándose, que vienen curvas. 
     @VladimirConV